viernes, 27 de septiembre de 2013

El Río Dulce en peligro


Sobre llovido mojado, pero exactamente al revés...
A la enorme sequía que sufre el Norte Argentino
se le suma la acción de depredadores que
literalmente están colando el escaso Río Dulce



"El Dulce se esta muriendo", avisa Federico, pescador de Santiago del Estero. Asustado, agrega: "lo están colando con las redes". El deportista no es exagerado, sino que cuenta con una cruel sinceridad lo que está pasando en el río más importante de esa provincia.

El santiagueño habla con conocimiento. "Todo el mes pasado recorrí Loreto, Salavina y Atamisqui. Los furtivos atacan los pozos cuya profundidad apenas si llega a la cintura y no tienen una extensión mayor a los 20 metros. Imaginate como lo están limpiando", explica Federico.

Los furtivos, esos que trabajan para los grandes distribuidores ilegales, están arrasando con la población de sábalos. Pero al ser tan bajo el caudal de agua, ese tejido de muerte llamado red arrastra a bogas, dorados y tarariras. La falta de control en el río es seria. Pero mucho más grave es que se permita el tránsito de la mercadería por las rutas. Por eso no sorprende que desde hace varios meses se hayan instalados puestos de venta de pescado en la zona del puente de Banda del Río Salí.

La crisis hídrica es la responsable de este triste fenómeno. "No hay nada de agua", te avisan los pescadores. Cuentan que el poco líquido que se libera desde Termas de Río Hondo, no alcanza. Y no es suficiente porque es destinada a los canales de riego de los campos. Eso sí: los productores más poderosos son los que reciben, a través de canales, esa bendición.

El miércoles, cuando se enteraron del derrame de melaza del ingenio La Corona, a los pescadores santiagueños se les hizo un nudo en el estómago. Saben que si la industria tucumana, como lo hicieron durante años, arrojan sus desechos tóxicos, la mortandad de peces será histórica y provocará un daño irreparable.

El pescador, el verdadero deportista, deberá tomar todos los recaudos necesarios para cuidar al río Dulce. ¿Cómo? No utilizar prácticas que están prohibidas, respetando la veda del dorado y, si no desea devolver al agua todo lo que pesca, al menos capture lo que establece el reglamento y no deje de sacar su licencia que permitirá que haya más gente controlando. Esos son algunos de los pasos que se pueden dar para que sus hijos y sus nietos disfruten como usted lo hace.


por Gustavo Rodriguez
para La Gaceta


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