viernes, 21 de agosto de 2015

Los matungos siguen presentes en aguas cercanas a Quilmes


El Día de La Plata nos trae el relato de
una salida entre amigos, en aguas del Riopla,
que empezó mal, con resultados casi nulos
y terminó muy bien, con importantes matungos


TIP  Encarnar con dos o tres mojarras por anzuelo, para obtener mejores resultados.


El domingo pasado fue el cumpleaños de nuestro amigo y guía de pesca en Quilmes, Gustavo Almela y acudimos al festejo junto con Martín, Mauro, Federico y Sergio.

Las expectativas de pesca eran muy buenas, pues el día anterior habían capturado 120 pejerreyes. 

El mes arrancó lluvioso pero con vientos prevalecientes del sector sur, lo que es muy favorable para la pesca de pejerreyes.

El día se presentó con poco viento del sector sur, el río casi planchado fue lo que nos motivó para navegar lejos hasta el barco hundido. 

Luego de 40 minutos de navegación, llegamos a nuestro destino, comenzando el garete a 1.000 metros del barco hundido Tupí que era nuestra referencia.

La marea fue en bajante todo el día y con el viento en sentido contrario, hacía que el garete fuera muy lento. 

Y la falta de viento produjo que el río estuviera casi planchado, malas condiciones para la pesca. 

El pique estuvo muy remiso por la mañana, hubo que trabajar mucho a bordo para comenzar a tener respuestas. 

Una de las cosas que mejor funcionó fue encarnando la mojarra con una sola pasada dejándola viva para que sea más atractiva y además aplicar movimientos con la caña para que los aparejos se muevan.

Con malas condiciones, las boyas quietas y con carnada lavada, no incentivan al pique, por ello, los que hicieron bien las cosas tuvieron más respuesta.

El lugar elegido era muy bueno pero la pesca no acompañaba, por lo que luego del almuerzo, decidimos acercarnos a la costa a unos 1.500 metros de la toma de agua, donde el día anterior habían realizado una pesca excelente. 

Y la suerte nos acompañó, pues el viento sur se fue intensificando y con aguas más oxigenadas, la pesca cambió completamente.

Todas las cañas pasaron a tener respuestas y lo mejor fue los tamaños de los pejerreyes, que eran muy superiores, logrando capturar algunos que rondaron el kilo. 


En mi caso, hice un lance por detrás de la popa de la embarcación, el aparejo navegó pocos metros y la primera boya acusó un pique de costado, no me apresuré, dejé que lleve para un lado y después para el otro y ahí sí, clavado y explosión de agua en superficie; por la pelea se notaba que era un peso pesado y encima pico cerca de la embarcación por lo que tenía toda la potencia en el momento de subirlo a bordo. 

Hermoso “gran quilmeño”.


Al observar que los pejerreyes eran grandes, automáticamente comenzamos a encarnar más generosamente para tentarlos; en algunos casos colocábamos 2 ó 3 mojarras por anzuelo o una mojarra grande y un filete de dientudo colgando, carnada que habíamos obtenido en cantidad por la mañana cuando la pesca no era tan favorable. 

De esta manera, le llegó el turno a Sergio quien pedía copo para izar un hermoso matungo que daba excelente pelea. 

Martín, Federico, Mauro y Gustavo, también se dieron el gusto de pelear con estos colosos del río. 

Espectacular la pelea de estos pejerreyes, se hacen sentir con sus fuertes cabeceos.

Usamos cañas telescópicas de 4 a 4,50 metros, reel frontal o rotativo con 200 metros de capacidad; multifilamento de 0,14 a 0,18 milímetros; aparejos de 3 boyas finalizando en un puntero o bigotera; boyas de colores llamativos, combinaciones como amarillo y naranja, el cambio de color delata el pique; brazoladas de hasta 15 centímetros; anzuelos 1/0; carnada: mojarra viva, flite de dientudo o combinadas.


Fuente: El Día de La Plata


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