El Día de La PLata nos trae este
relato de Daniel Pavoni sobre una
exitosa Salida de Pesca de Lisas
En una temporada donde la pesca de lisas se difundió por todos lados, y se viene pescando en todos los desbordes, ríos y lagunas de nuestra región, nos será muy difícil de olvidar porque realmente hacía muchos años que no se daba algo así y de forma tan extendida.
Sería importante que a n nivel oficial se llevara a cabo un estudio sobre esta circunstancia, ya que, como se sabe, la pesca deportiva se ha transformado ya hace muchos años, en un factor movilizador de la economía de muchas zonas de nuestra provincia.
Por tal motivo y continuando con esta “adicción” a la pesca de la lisa, me comuniqué con Juan Cocaro, guía y muy conocedor de esta especie, con el fin de encontrarnos y poder ir en busca de las grandes lisas. El lugar de encuentro fue la rotonda sobre ruta 41 en General Belgrano, una vez ahí, junto a Marcos, Horacio, José, Diego y Alberto, nos dirigimos al Puente Las Gaviotas.
El primer intento fue aguas arriba, pero al arrojar las líneas, la actividad de lisa era muy poca, así y todo se capturaron un par. Cambiamos el rumbo y nos dirigimos aguas abajo, al llegar, nuevamente comenzamos a preparar los equipos, utilizando cañas de 4 metros, reeles frontales cargados con multifilamento de 18 mm, las líneas de tres boyas y puntero impulsor, ya que la actividad de lisa, era toda en superficie, los colores no marcaron una diferencia, ya que se utilizaron verde limón, blanco y negro, todos con buenas capturas; la carnada fue lombriz colorada, lombriz negra y panza de lisa coloreada.
Coco fue el primero en armar su equipo y en tirar al agua, corta derivada de la línea y clavó la primera; explotó el agua, luego de una linda pelea, tenía su primer lisa, con más de 2 kilos de peso.
En ese momento, nos agarró la locura a todos, y se nos enredaban los dedos por apurarnos; luego me tocó a mí, previo a errar un pique y romper la puntera, clavé la lisa, dando ésta, un terrible salto en el agua con toda la línea por detrás.
Sorprendidos por los tamaños de estas lisas empezamos a aflojar un poco más la estrella de los reeles.
El pique fue de mayor a menor, pero todo el equipo pudo capturar sus lisas.
Luego llegó la hora de parar un rato a comer y a beber algo, ya que el sol era insoportable.
Una vez que comimos algo y descansamos, encarnamos nuestras líneas y comenzamos a pescar otra vez, donde la más positivo, fue que el viento había disminuido y los piques se veían mucho mejor, logrando capturar una linda cantidad de lisas al atardecer.
Relevamiento: Daniel Pavoni
Fuente: El Día de La PLata
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