Los dorados de San Nicolás, por Weekend

Te presentamos un breve adelanto de una

nota de Diego Flores, sobre el buen momento

para buscar los Dorados en el Paraná, luego de

las grandes inundaciones, publicada en

la edición julio de Revista Weekend

Después de la gran inundación, el río Paraná ofrece una excelente población de dorados. Ideal para probar con moscas y señuelos.

San Nicolás es el último portal de pesca paranaense de la provincia de Buenos Aires, y uno de los pocos accesos al gran río que no conocía.

Fue así que organizamos una salida tras los abundantes doradillos, productos de la presente inundación. 

Nuestro guía era Matías Jalil, gran referente y promotor incansable de la pesca nicoleña. 

Me acompañaban los amigos Pablo González y Juan Pablo Gozio. 

Hacía mucho tiempo que no pescábamos juntos, y nos debíamos esta salida para divertirnos, probar cosas nuevas y ponernos al día sobre el mundillo argento de la pesca deportiva.

Nos recibía un río lleno de doradillos de 1 a 2 kg, y con posibilidades de algún cabezón de 4 o 5 kg haciendo los deberes correctamente.

Ya entrado el otoño, el agua se encontraba sucia, fría, alta y en franca bajante, pero igualmente derramando con fuerza campo adentro de las islas, con todas las barrancas sumergidas.

Si bien el Paraná había bajado tras las crecidas de verano, aún recibía el escurrimiento de la catastrófica inundación de La Paz, generando un comportamiento hidrológico difícil de predecir. 

Es que este tramo del río, de aguas sumamente encajonadas y profundas, se transforma en un gigantesco recipiente natural que retarda el flujo aguas abajo.

Estrategias de pesca

Realmente hay todo un sentido de esperanza con esta última creciente, con el ansia de que nos pueda devolver pescas comparables a la pasada inundación de 2010, que todos recordamos con éxtasis.

Condiciones de agua tan alta y estable durante el verano dispararon la tasa de crecimiento de los peces, conectaron lagunas y mejoraron la eficiencia en la reproducción. 

Biólogos amigos me informaron que los muestreos arrojaron un río lleno de larvas de peces, con especies que desovaron hasta tres veces este verano. 

Espero que no seamos tan estúpidos de aniquilar esta riqueza con mallones, y podamos administrarla de una manera más sustentable y racional a lo que estamos tristemente acostumbrados.

Lea la nota completa en la edición 526 de Weekend, 

julio de 2016.

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