En este relevamiento Viva la Pesca nos cuenta
el resultado de una buena jornada plena de
Matungos en Berisso
Los gigantes del Río de la Plata ya están presentes en cantidad y Berisso es el punto estratégico para lograrlos. Si bien lucen algo flacos, se meten varios de kilo entre los medianos que abundan. Un show de buenos piques.
Y a no encontramos adjetivos adecuados para describir las satisfacciones que nos da Berisso. El madrugón, el frío y la navegación, se olvidan rápidamente cuando la boya se desplaza prometiendo emoción y la clavada certera del pescador es seguida por un coletazo plateado a unos 80 metros.
La recogida lenta, la corrida lateral del pez peleando y el certero copo asegurando la captura disparan, indefectiblemente, una ola de gritos y abrazos arriba de la lancha con cada matungo cobrado. Esos que, pese a lucir algo flacos, pasaron el kilo en más de una decena de oportunidades en nuestro relevamiento.
Relevamiento que no fue a tiempo completo, por cierto, ya que el jueves pasado, en el segundo día de la ola polar que trajo definitivamente el frío a Buenos Aires, arrancamos la navegación a Colonia -zona donde van los buenos guías a traer matungos de verdad, quemando combustible- recién a media mañana. Eso hizo que recién echásemos líneas al agua a eso de las 11.
Y hablando de líneas, se usaron las de tres boyas convencionales, rematadas en bigotera con boyita esférica, o bien en boya tipo palito. Pero en mi caso también usé las ping pong con tramposa, que venía usando en lagunas bonaerenses con gran éxito, y que probé también en esta jornada tanto en cañas para reeles frontales (un Shimano Cítica para mano zurda) como en las convencionales (Caña Shimano Sojurn, Karma de Tech y Chasicó de Surfish).
En brazoladas cortas hechas en nylon 0,40 (por la presencia de patíes y para evitar que los dientudos lo mellen fácilmente), con anzuelos 2/0, enhebramos tres mojarrones por anzuelo para tentar a los bocones de gran tamaño.
Estos matungos "comelotodo" no desdeñan la mojarra salada, ni tampoco un suculento filet de dientudo rematando dos mojarras enhebradas. Hasain, nuestro guía, es célebre por "ver abajo del agua" y anunciarnos los piques con anticipación con frases como "cuidado en la última que tenés uno grande", cuando uno todavía ni vio movimiento en la boya.
Pero hay que hacerle caso porque, indefectiblemente, no falla en sus pronósticos y no fueron pocas las veces en que tras cantarnos la presencia de un matungo terminamos usando el copo para izarlo.
Rodi, guía colega de Joaquín que nos acompañó a Leandro de casa El Delfín de Flores y a quien esto escribe, llegó acompañado de su hijo Martín, y ambos demostraron ser excelentes cañas. Especialmente se lució en esta faena Rodi, logrando media docena de matungos para el asombro, que cobraba a gran distancia de la embarcación.
Sin dudas el frío le hizo bien a esta pesa, decantando un poco el sedimento en suspensión e invitando al pejerrey a alimentarse bien arriba, para deleite de los pescadores. Un gran momento matunguero que, sin dudas, hay que aprovechar.
Fuente: Viva la Pesca de Diario Popular
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