Esta es la segunda parte del informe de Crónica Pesca,
sobre el cierre de temporada en el sur
argentino.
Hoy hablamos de un río cercado, falta de
cuidados
ambientales y pesca
por Horacio Pascuariello
para Crónica Pesca
Dentro de uno de los ámbitos más importantes para la pesca deportiva de nuestro país se vive otra realidad, que habitualmente no se transmite en los relevamientos que vemos en los medios, para esto nos comunicamos con nuestro joven amigo Matías Fernández Carro, gerente de Moscas Patagónicas Instructor & Guía Certificado de la Provincia del Neuquén.
Este experimentado mosquero es un gran defensor de nuestros recursos y en charla con Crónica nos contaba: “Muchas veces nos hemos visto en situaciones que realmente dan pena durante nuestras jornadas de pesca. Basura, redes, líneas de fondo, aguas servidas y campos destrozados que nos hacen preguntarnos quién es responsable de esto. ¿El gobierno, la sociedad o la cultura de la desidia en la que estamos sumergidos?
Suele pasar que uno compra un permiso de pesca, el cual está dirigido a obras y/o acciones de protección ambiental, invierte tanto en equipamiento como en hotelería, gastronomía, indumentaria y traslado, cuida el río, intenta enseñar a que los demás lo hagan también de la mejor manera. Pero cuando llegamos a hacer lo que realmente nos gusta, ya sea pescar, descansar o compartir con amigos, nos encontramos con que el lugar está contaminado, devastado o el acceso totalmente obstruido.
A esto se suma la impotencia de observar personas que no cumplen las leyes, ponen trampas, pescan en modalidades no establecidas o hacen grandes matanzas de peces por diferentes razones, entre las cuales está el consumo propio por cuestiones de supervivencia (son las menos) y la venta ilegal (que es la más habitual).
Muchas veces nos motivamos por intentar ser grandes ambientalistas, cuidar lo nuestro, pero solos no podemos. Hay situaciones en las que uno puede interceder y otras en que las que se pone en juego la propia vida o la de los que nos acompañan, sea enfrentando a furtivos o intentando hacer rescates de animales que tienen un alto margen de inefectividad por que vuelven a quedar sin protección.
Años atrás, el río era un lugar lleno de vida; peces vitales y en grandes cantidades, zorros, peludos y pájaros nos hacían compañía en nuestra jornada, hasta algún ciervo o liebre se podía ver mientras alguien pescaba, ahora ese escenario está cambiando gracias a la injerencia del hombre. La pesca con mosca fue la generadora de concientización en los pescadores de todos los continentes y en nuestro caso pasó a ser la abanderada en la defensa de los recursos en la Patagonia, aplicando su primera regla ‘pesca y devolución’, ahora esto no alcanza y es necesario la acción efectiva de los controles oficiales y detener los abusos y apropiaciones que se observan en muchos sectores del Limay.
Es necesario que los esfuerzos se centren en temas de prevención y acciones para el cuidado de los ríos, ya sea, indirectamente, mediante la educación desde la etapa escolar infantil, campañas publicitarias, cursos, charlas, o acciones directas como controles de fauna más estrictos con la capacidad de poder poner un límite efectivo y visible a los transgresores de las leyes, que son nada más y nada menos quienes nos están dañando a todos indirectamente”.
Esperamos que este llamado de atención llegue a quienes corresponda y podamos conservar nuestra Patagonia intacta. Informes y consultas a Matías a moscaspatagonicas@ hotmail.com.
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