Río Negro: La hora de las grandes Truchas

La migración de mayo es para los Pescadores

una oportunidad única para sacar

las Truchas de sus vidas

Las truchas salen de la profundidad de los lagos y entran a ríos y cauces pequeños y estrechos.

Hay que guardar los equipos del verano y subir en tamaño, con líneas pesadas, moscas grandes y tippest fuertes para soportar las embestidas y los dientes filosos...

En 1996, cuando se habilitó por primera vez la extensión de la temporada de pesca en el río Chimehuín de Junín de los Andes, nunca imaginamos que veinte años más tarde mayo sería el mes de las grandes truchas.

Durante el verano nos acostumbramos a la pesca fina, a pez visto y moscas muy pequeñas. 

Son días largos con temperaturas altas. 

Y a medida que nos adentramos en el otoño bajan pero los equipos no varían mucho. 

Todo cambia en mayo. 

Comienzan a entrar a los ríos las grandes marrones, hay tráfico, algunas suben, otras bajan, empiezan a prepararse para el apareamiento.

En junio y julio desovan en el mismo lugar donde nacieron, gracias al “imprinting”. 

No hay nada que las detenga, se agrupan en cardúmenes y viajan kilómetros para llegar a su destino final.

Esta migración es para los pescadores una oportunidad única de capturar la trucha de sus vidas: peces que residen en las profundidades de los lagos pasan a pequeños y estrechos cauces, sus colores se tornan más fuertes y los machos desarrollan fuertes protuberancias en el maxilar inferior, como grandes ganchos para atraer a las hembras.

Comienza una batalla feroz por el territorio, es la ley del más fuerte; no existe el permiso ni el perdón, gana el mejor. 

Y de esto se trata la naturaleza.

Para poder atrapar estos ejemplares debemos guardar los equipos que veníamos utilizando y subir en tamaño, líneas pesadas y moscas grandes, tippets fuertes para soportar las embestidas y los filosos dientes que pueden cortar el nailon muy fácil. 

Como en una gran fiesta, siempre guardamos lo mejor para el postre. 

Y mayo para los pescadores es eso, es la graduación de una temporada, porque nuestras cabezas no dejan de pensar que en cualquier momento tendremos un pique y al final de la línea puede estar la trucha de nuestras vidas, esa con la que siempre soñamos.

Fuente: Río Negro.com.ar

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