Horacio Pascuariello nos informa en esta
nota del Suple Pesca de Diario Popular
sobre el buen pique en Villa Paranacito
Esta pequeña población del sur entrerriano nos recibe siempre con la característica quietud de sus calles y la buena predisposición de su gente, invitándonos una vez más no sólo a disfrutar de sus bondades pesqueras sino además a reencontrase con la naturaleza, donde ésta se impone entre paisajes desbordantes de vegetación y diferentes cauces que la surcan. En sus arroyos, riachos y en el mismo río Uruguay, los aficionados encuentran una amplia oferta íctica a lo largo del año. Según la estación obtenemos pejerreyes, bogas, tarariras, grandes patíes, surubíes, una interesante variada de piel y la calificada pesca de dorados, género que convocó esta vez a nuestro amigo Eduardo Gonzales del programa “Al Aire Libre”, quien nos deja este relato.
Nuestro amigo y guía Nicolas Terzi Poneff nos convocaba una vez más, si bien nos comunicábamos en forma habitual, no habíamos concretado una visita motivada en que la pesca no se terminaba de afianzar. Esto es como consecuencia de los continuos altibajos de la cota del río y la merma de las especies forrajeras, alimento predilecto de los tigres del río. Por suerte parece que esta situación de a poco se va superando y los dorados van apareciendo y muchos de ellos de muy buenos portes.
La jornada comenzó temprano y, como es costumbre, hicimos un alto en el camino para obtener la carnada predilecta: los bagres amarillos, no obstante formaban parte también de los diferentes engaños morenas, anguilas y filete de sábalo. La idea de Nico era probar río arriba, anclados sobre los veriles de un canal natural que se forma del lado argentino, sitio donde se venían registrando las mejores capturas. Y las respuestas no tardaron en venir: sendos doradillos habían tomado las morenas de mis hijos Juan y Rodrigoy luego uno de mejor porte lograba nuestro amigo. Lentamente las condiciones fueron cambiando, la tenue brisa menguando hasta desaparecer por completo.
El comportamiento del pique en forma consecuente también fue mermando, hasta por momentos se cortaba bruscamente, de pronto el chillido de mi reel nos despertó de la monotonía, dos largas llevadas me obligaron a cañar, la acción fue certera, pero poco duró la emoción, la tanza no resistió una de las embestidas y estalló, dejando un sabor amargo. El bicho había tomado un bagre amarillo de dimensiones considerables, demostrándonos que se trataba de un pez de superior tamaño no sólo por atacar esa sobreexagerada carnada sino por lo que sobrevino al batallar con él. Ahí estaban.
Con el agua del río totalmente planchada, Nico vio lomear un par de dorados, pero uno por su dimensión exaltó al guía, quien en forma inmediata le arrojó un señuelo, que al instante fue atacado y con la misma celeridad soltaba tras una acrobática contorsión. No salíamos del asombro, cuando nuevamente peleaba con las artes de mi amigo, quien tras una ardua pelea pudo alzarlo. Un excepcional dorado de unos 6 kg que hacia honor a su rojizo color. La otra sorpresa vendría de la caña de Benjamin, mi hijo más chico. La chicharra de su mediano reel frontal no paraba de sonar, prácticamente y si no fuera por Nico, casi se le escapa de sus manos. Tras asegurar la pieza con importantes clavadas, se la entregó quien después de una extensa lucha se encontró con su trofeo, otro gran tigre de los ríos, similar en tamaño al más grande antes obtenido.
Esta singular andanza se coronó con una importante cantidad de bagres blancos, que no bajaban de los 2 kg de peso, agregando un aditamento especial a lo ya vivido.
Villa Paranacito da una posibilidad, aun en las condiciones más extremas, coronando memorables jornadas de pesca. Informes Guía: Nicolás Terzi Poneff (03446) 15 615168.
por Horacio Pascuariello
para Crónica Pesca
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