Jeremy Wade: Es un trabajo duro, pero el más divertido de todos los que hice

Reproducimos una entrevista realizada por

Gustavo Rodriguez para La Gaceta,

en la cual Jeremy Wade, uno de los pescadores

más envidiados del mundo, cuenta su historia.

La nueva temporada

“Los pescadores me dicen que soy el hombre más envidiado del mundo por el trabajo que desarrollo. Sin embargo, les explico que sólo dedico tres o cuatro días de pesca durante un viaje de filmación de tres semanas”, asegura Jeremy Wade. 

El biólogo es conocido en la TV por conducir “Monstruos de Río”, programa que emite Discovery Channel.

En una teleconferencia, el especialista habló de todo. Contó detalles de lo que traerá la nueva temporada del exitoso programa. 

Hasta confesó que comenzó en la actividad de casualidad, cuando sus padres le regalaron su primer equipo, y probó suerte cerca de su casa, en Inglaterra. 

Desde entonces no ha dejado de pescar, pero no imaginó que llegaría tan lejos.

- Los pescadores lo envidian porque lo ven disfrutar…

- La presión para obtener resultados puede llegar a ser muy intensa. No me quejo. Es un trabajo duro, pero es el más divertido de todos los que hice.

- ¿Qué dice su esposa?

- Soy soltero. Antes de comenzar con el programa me pasé 20 o 25 años viajando. Cada año hacía un recorrido de casi tres meses. Era difícil encontrar el dinero para hacerlo. También me costaba tener un trabajo normal. Intenté sin éxito ser escritor free lance. No vendía muchos artículos ni fotografías, entonces trabajé en un restaurante y hasta fui docente. Hasta hace unos años no tenía ni un lugar permanente para vivir. No tuve una vida organizada durante mucho tiempo y, en parte, no lo sigue siendo. No encontré a nadie que quiera compartir este caótico estilo de vida.

- ¿Cuál es el balance que hace del programa?

- Esperábamos convertirlo en algo popular y que no fuera visto sólo por gente a la que le gusta la actividad. En realidad, no considero que sea un programa sobre pesca. Creo que es mucho más que eso. Es como una novela policial, pero intentamos educar a la gente sobre lo que se vive en el agua. Esperábamos llegar a una audiencia amplia, y el nivel de éxito es muy superior al que habíamos imaginado. Nos sorprendió que lo miren tantos niños. Es bastante extraño porque algunas de las criaturas con las que lidiamos dan un poco de miedo.

- ¿Le preocupa cómo cae el nivel de los sitios pesqueros?

- Sí. En el programa damos una falsa impresión de lo que es este mundo porque en cada uno de los episodios la captura es un pez grande. Pero la realidad es que debo esforzarme mucho. Sólo en lugares especiales se los puede pescar. En la mayoría de los sitios del mundo no hay peces grandes cuando, hace 50 años, sí era posible encontrarlos. Por ejemplo, en la mayor parte del Amazonas hoy se encuentran muy pocos ejemplares. Se ha producido una caída real en la cantidad y el tamaño de los peces.

- ¿Por qué cree que se da este fenómeno?

- En parte se debe a la pesca excesiva. Comemos pescado con más rapidez de lo que las especies pueden reproducirse. Lo que capturo es lo que los biólogos llaman superdepredadores, por lo que se encuentran en la parte superior de la cadena alimentaria. Si somos capaces de encontrar un superdepredador en algún lado, podemos estar seguros de que hay peces más pequeños en ese lugar. Si no podemos encontrarlos, entonces es una señal de que todo el ecosistema está en problemas.

- ¿Cuál es el mejor lugar del mundo para pescar?

- Pesco mucho en la selva, lo que puede ser bastante claustrofóbico. Entonces, como antídoto, me gustan los ríos de montaña. Mongolia fue un escenario muy lindo, donde fui a pescar taimen, un miembro de la familia de los salmónidos. Sin embargo, la cantidad y tamaño de los peces se redujo considerablemente en comparación con los que había hace sólo dos décadas.

- ¿Y en Argentina?

- Tuve la suerte de pasar unos días en el río Uruguay. Me encantaría volver cuando el agua sea más cálida y pescar dorados con mosca o utilizando señuelos de flote. También disfruté de los Esteros del Iberá, pero estuve poco tiempo. También tuve la dicha de atrapar surubíes en Itá Ibaté, en el río Paraná, pero no pude aprovecharlo porque debía regresar.

- ¿Qué estilo de pesca prefiere?

- En la mayoría de los casos pesco con carnada. Creo que es con lo que mejor me desenvuelvo. No es demasiado complejo desde el punto de vista técnico, aunque gran parte del pensamiento se basa en dónde y cómo presentar la carnada a la pieza que se está buscando.

- ¿Hay algún secreto en sus técnicas?

- No soy un buen lanzador, pero estuve trabajando con este estilo durante los últimos años y ahora puedo decir que disfruto con cada lanzada.

- ¿Y le gusta otra modalidad?

- La pesca con señuelo con una caña liviana para una sola mano y un reel rotativo, utilizando señuelos de flote para poder ver el momento en que el pez pica.

- ¿Qué le queda por pescar?

- Hace 30 años tenía una lista de grandes especies de agua dulce, pero los he atrapado a todos. Queda todavía algún que otro ejemplar por capturar. No puedo contar demasiado porque filmaremos alguno de ellos este año. Tal es el caso de un pez con una reputación increíble de destruir los equipos de pesca y la moral de los pescadores.

- ¿Habrá alguna sorpresa?

- En la nueva temporada me sumerjo en el mundo del agua salada, en los océanos. Este año, muchos de los monstruos que enfrentamos tienen dientes grandes y hay que ver si serán capaces de mordernos. Hay animales allí afuera que no son muy grandes, pero tienen un veneno muy fuerte que puede matar a las personas. Deseaba saber más de ellos. Quería mirarlos de cerca, pero sin meterme en problemas. Por ejemplo, buscamos algo que llaman lusca, una criatura que se creía que era mitad tiburón y mitad pulpo. Para la gente común no existe. Nadie jamás puedo mostrar uno de ellos ni tomarle una fotografía.

por Gustavo Rodríguez

para La Gaceta

Lea otras entrevistas 

haciendo click aquí