sábado, 13 de julio de 2013

Noche de frío y piques en el Pejerrey Club de Quilmes


Wilmar Merino visitó junto a unos amigos el
Pejerrey Club de Quilmes, y nos cuenta en esta nota
los resultados de la jornada de Pesca Nocturna
 
 


En la permanente búsqueda que hacemos de opciones diversas y al alcance de todos los bolsillos para el pescador deportivo, esta vez optamos por un pesquero cercano y económico, como el Pejerrey Club de Quilmes. Institución señera en la pesca deportiva, su coqueto muelle de la costanera quilmeña es una postal magnífica de otros tiempos de esplendor que actualmente sigue vigente como propuesta y escuela para las nuevas generaciones.

Cabe consignar que no es necesario ser socio para acceder a este muelle, por lo que -atentos a los datos de buenos rindes proporcionados por un fan de nuestro Facebook- decidimos visitarlo de noche para hacer un relevamiento.

En este permanente contacto que tenemos con nuestros lectores, contamos precisamente con el pescador que dio origen de nuestra inquietud de visitar este pesquero. Así, nos conocimos con Matías Sosa la noche de nuestra visita.

Precisamente fue este pescador, de Escalada, quien nos contó cuáles eran las variantes de pesca más rendidoras en este ámbito rioplatense: pescar con línea retenida, ya sea con boya mandale o directamente con plomada en la línea, de modo tal que ésta trabaje con dos o tres boyas sumergidas -dependiendo de la altura del río- y algunas a flote.

No fue la mejor noche la que elegimos, dado que había vientos moderados del noroeste con ráfagas de hasta 40 km/h, algo nada favorable pues contribuía a que el agua se retirara de la costa, dejando el morro apenas con un metro. Sin embargo, con mojarra viva como cebo principal y en las técnicas antes descriptas, pudimos hacer una digna cosecha -repetimos- en una noche donde era desaconsejable intentar la pesca.


Portes sorprendentes

Como dijimos, nuestro entusiasmo por visitar este pesquero se hizo cada vez mayor al ver las notables capturas de nuestro fan lector.

Con fotos de cosechas cuantiosas y con piezas que muchas veces pasaban los 40 cm. holgadamente, el ida y vuelta en el intercambio terminó plasmando una visita que hicimos al muelle con nuestro amigo Roberto Gil. Llegamos a la medianoche, y nuestro lector ya tenía media docena de flechas, entre las que se contaba un lindo matungo de 44 cm. entre varios pejes de medida.

El viento iba en aumento y la bajante se encontraba en su punto máximo, cuando llegamos, por lo que agarramos la creciente durante toda la noche. La pena fue que el viento nunca aflojó, más bien, todo lo contrario.

No obstante armamos nuestras cañas Shimano Sojurn y Cronus de Surfish y atamos líneas de cinco boyas esféricas de 25 mm., trabajándolas retenidas con mandale (con brazoladas de 4 cm. lastradas) y también a fondo.

Logramos algunas capturas de pejerreyes menores, un lindo peje de buen tamaño y algunos patíes y bagres. Pero nunca hubo pique intenso, todo fue de a rachas.

No obstante, cerca de las cinco de la mañana, concluimos la faena con una digna cosecha que nos entusiasmó a volver en mejores condiciones en poco tiempo.


Fuente: Viva la Pesca de Diario Popular


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