Tarariras en San Vicente, un sueño hecho realidad

Wilmar Merino nos cuenta en esta

nota del Suple Viva la Pesca de Diario Popular,

sobre el relevamiento realizado en el

Coto de Pesca de Hopliass, en San Vicente,

y los resultados obtenidos

Los que alguna vez bautizamos como “padres de la tararira” han dado el ejemplo una vez más mostrando cómo es posible poner en valor una cava sembrando tarariras y explotándola como pesquero.

Fuimos testigos del inicio del proyecto y hoy nos congratulamos con ellos de que sean una feliz realidad para los pescadores: hablamos del proyecto Hopliass, criadores de tarariras en cautiverio que hoy disfrutan de un coto de pesca propio en la localidad bonaerense de San Vicente, donde se hace exclusivamente pesca con devolución.

Los expertos en psicicultura colombianos Mariluz y Alejandro, junto con el argentino Oscar, que venía criando ranas toro, unieron fuerzas y conocimientos para lograr el sueño de los pescadores con señuelos: lograr criar taruchas en cautiverio para soltarlas en los humedales que así lo requieran con un tamaño en el que ya escapan de la enorme mayoría de predadores, es decir, unos 12 cm. Ellos son la esperanza para que ante catástrofes climáticas como aquella helada del 9 de julio de 2007 que hizo caer nieve en Buenos Aires y mató las tarariras en toda la provincia, el hombre pueda intervenir a favor de la naturaleza devolviéndole a éstos cursos a su predador tope. Según nos contó Mariluz, en estado natural, por cada desove llegan a adultas menos de 1 tararira cada 100 huevas fecundadas.Cucarachas, mojarras y libélulas diezman los pequeños alevinos antes de que adquieran los colores crípticos que les permiten camuflarse. Pero en esta reproducción controlada, la tasa de supervivencia supera el 60%, logrando llevar estas taruchas a un tamaño de sueltaque está en los 12 cm.

Con este método repoblaron la cava de San Vicente que fuimos a relevar, a la que le soltaron 1600 tarariras hace más de un año en sus 4 hectáreas de cuerpo de agua. Estar tarus sembradas se sumaron a antiguas tarariras residentes, por lo que el ámbito entrega mayormente ejemplares que no superan el kilo, pero hay sorpresas de 2 a 3 kilos con frecuencia.

La clave para pescar este espejito ubicado en el km 54 de la Ruta 6, es una sola: usar antienganches. Solo se permite pescar con señuelos o moscas, los amantes del spinning, fly cast o bait cast saben que deben devolver sí o sí las piezas extraídas.

Juncos en buena parte de los contornos y mucha elodea y otros vegetales en el fondo de barro le otorgan a la laguna un aspecto límpido y transparente. Ranas Tech paseantes, y señuelos Highlander de Spinit no deben faltar al testear este ámbito. Asimismo cucharas tipo Moss Boss o las geniales Goziolures, serán ideales para pechar agua en sitios de máxima vegetación emergente donde no puede operarse ningún otro tipo de artificiales.

La yapa es que el predio tiene cupo limitado, solo entra un máximo de 20 pescadores por vez, y encima hay tres kayac de uso libre por parte de los visitantes, que pueden intentar esta rendidora técnica de pesca de embarcados llegando a sitios imposibles de acceder de otro modo.

En nuestra jornada, obtuvimos un par de taruchas chicuelas, y la más destacada del día la logró un compañero ocasional de pesca que nos acompañó durante el relevamiento, Federico, que metió un soberbio taruchón de más de 2 kilos, sano, desparasitado, muy vigoroso y combativo. como buen deportista, la devolvió a su medio.

Sobre el mediodía decidimos castear en fly tentando peces menudos con mosca. Con un pescadito de epoxi simil mojarrín, me divertí de lo lindo con los furiosos ataques de los dientudos. Y hay mosqueros especializados en engañar a las difíciles chanchitas que alcanzan tamaños fenomenales. Vaya y disfrute.

por Wilmar Merino

para Viva la Pesca // Diario Popular

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