La Angostura y El Cadillal, "tierra de nadie" para los predadores

En los principales pesqueros de la provincia de Tucumán

los pescadores furtivos y deportivos

no tienen compasión con la fauna

 

Pescas nocturnas para capturar hasta 500 pejerreyes, que luego son comercializados. Alambrado de terrenos públicos en El Cadillal.

Los diques La Angostura y El Cadillal están padeciendo la depredación de su fauna, como si, en el sentido literal, los pesqueros fueran “tierra de nadie”.

Así lo revelan distintas denuncias que recibió NOAFishing durante la semana, donde las quejas también se amplían a las zonas públicas de pesca que fueron alambradas por distintos clubes y particulares, no sólo para limitar esos terrenos que son públicos sino de generar un ingreso de dinero cobrando un “canon” por su uso.

En La Angostura es de “terror” según los testigos. Ningún pescador sale de la embarcación con menos de 40 ejemplares, cuando la cuota diaria por persona y jornada es de 22.

Incluso se realizan concursos sin permiso oficial, con ganadores con 70, 80 o más de 100 unidades.

Para tener una idea: si concursan sólo 10 botes, con 4 pescadores en cada uno, son 40 cañas en acción. Si cada uno logra un promedio de 40 piezas, son 1.600 pejerreyes que se consiguen en tres horas.

Pero esto no es todo. La mayor parte de la semana se ven botes pescando durante la noche-madrugada, y se deduce, por la actividad que tienen los “fileteros” de El Mollar, esas embarcaciones reúnen hasta 500 pejerreyes en cada incursión.

Según averiguaciones, muchos catamarqueños se valen de esta modalidad para llevar y comercializar los productos en su provincia. También se hizo referencia a pescadores de Salta y también de Jujuy. Además de algunos conocidos depredadores locales.


Poco y nada de control

En El Cadillal, las distintas denuncias de NOAFishing tuvieron eco de parte de la Policía Lacustre apenas unos días.

Aquí también los “demasiado conocidos” depredadores siguen haciendo de las suyas, incluida la utilización de armas de fuego para amedrentar a los “husmeadores” o pescadores que se llegan hasta los lugares donde ellos “actúan”.

En las costas, los problemas surgieron con la delimitación de las “zonas privadas” por parte de algunos clubes de pesca con alambre y circunscribiendo el ingreso a un portón, para controlar el pago de un canon. Lo curioso es que esas instituciones “ocuparon” extensos predios que son terrenos fiscales, es decir de uso público y gratuito.

Las autoridades, tanto administrativas como de seguridad, no controlan nada más que los incumplimientos viales (alcoholemia, carnet, VTV y otras), mientras la depredación y abusos en la pesca crecen con el paso de los días.


Fuente: NOA Fishing


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