Foto de archivo
La fauna ictícola de los ríos del norte salteño
se ve severamente afectada por el accionar
de pescadores inescrupulosos
Todo tipo de elementos ilegales se utiliza para la obtención de la pesca que luego es comercializada en la zona.
Pobladores de los parajes cercanos a la cuenca del río Bermejo que van desde La Unión a La Esperanza denunciaron el uso permanente, por parte de pescadores furtivos, de elementos ilegales de captura como tramayos (largas redes que se arrastra sobre el río), redes y “yoyos” (espineles con varios anzuelos) con los que se atrapan grandes cantidades de peces.
Pobladores de los parajes cercanos a la cuenca del río Bermejo que van desde La Unión a La Esperanza denunciaron el uso permanente, por parte de pescadores furtivos, de elementos ilegales de captura como tramayos (largas redes que se arrastra sobre el río), redes y “yoyos” (espineles con varios anzuelos) con los que se atrapan grandes cantidades de peces.
Cabe aclarar que las únicas redes permitidas en estos cursos de agua son las utilizadas por los pueblos originarios que practican la pesca artesanal y de subsistencia; no obstante, estos elementos de extracción, son utilizados una vez que los inspectores de la Secretaría de Ambiente los habilitan.
Las especies que más sufren la actividad de los desaprensivos pescadores son el dorado, patí, surubí, pacú, boga y bagre.
La depredación fue constatada por los corresponsales de este medio que recorrieron los ríos del norte provincial y comprobaron la impunidad con la que se depreda la fauna ictícola.
Cada vez cuesta más practicar la pesca deportiva en los ríos de la provincia, a la contaminación hay que sumarle los grupos de pescadores desaprensivos que permanentemente se llevan grandes cantidades de peces, generalmente para su comercialización en un mercado ávido de este producto.
Las especies que más sufren la actividad de los desaprensivos pescadores son el dorado, patí, surubí, pacú, boga y bagre.
La depredación fue constatada por los corresponsales de este medio que recorrieron los ríos del norte provincial y comprobaron la impunidad con la que se depreda la fauna ictícola.
Cada vez cuesta más practicar la pesca deportiva en los ríos de la provincia, a la contaminación hay que sumarle los grupos de pescadores desaprensivos que permanentemente se llevan grandes cantidades de peces, generalmente para su comercialización en un mercado ávido de este producto.
La responsabilidad
“Los pescadores furtivos se manejan en grupos numerosos y por lo general pueden estar armados. Nosotros no podemos hacer nada, esto es responsabilidad de la Policía que no hace absolutamente nada.
¿Cómo puede ser que en cada río halla grupos pescando libremente con elementos ilegales y nadie los controle?, se preguntaba un vecino del paraje a Esperanza.
La naturaleza que nos rodea ofrece todo lo que necesitamos, es obligación de quienes habitamos este suelo tomar lo necesario y de una manera responsable.
“Los pescadores furtivos se manejan en grupos numerosos y por lo general pueden estar armados. Nosotros no podemos hacer nada, esto es responsabilidad de la Policía que no hace absolutamente nada.
¿Cómo puede ser que en cada río halla grupos pescando libremente con elementos ilegales y nadie los controle?, se preguntaba un vecino del paraje a Esperanza.
La naturaleza que nos rodea ofrece todo lo que necesitamos, es obligación de quienes habitamos este suelo tomar lo necesario y de una manera responsable.
Las generaciones futuras dependen de un comportamiento serio.
Fuente: El Tribuno Salta
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