Una banda delictiva, dedicada a la
extracción de especies ictícolas vedadas,
publica y comercializa libremente a la vista de todos
los productos malhabidos, y las autoridades
que deben actuar brillan por su ausencia
Las autoridades no tienen vergüenza. Siguen sin cumplir con su obligación y los furtivos, abrigados por un manto de impunidad, mandan. Los rederos y trasmalleros siguen masacrando las poblaciones de los ríos de los lagos y ríos de nuestra y otras provincias, especialmente, Santiago del Estero, para luego comercializarlas en la calle sin ningún tipo de control sanitario.
Vergüenza deberían sentir los responsables de "Los Señores Pescados", esa pyme que se dedica a extraer con redes sábalos, bagres y dorados en el río Salado y los comercializan en Banda del Río Salí, como denunció LG Deportiva en su edición del viernes (puede leer la nota completa al final de esta nota). Montaron toda una organización que hasta se da el gusto de publicitar en las redes sociales la actividad ilegal que reciben.
Vergüenza deberían sentir los responsables de Dirección de Delitos Rurales y Ecológicos que no hicieron nada en las últimas 48 horas para desarticular esta organización que se sigue burlando de todos. El viernes por la tarde, a través de Facebook anunciaba a sus clientes que sólo le quedaban sábalos y bagres para vender.
Vergüenza deberían sentir los autoridades de la provincia porque siguen haciendo vista gorda a este negocio ilegal que pone en riesgo la salud de la población. ¿Cuándo será el día que el Estado se organice para que la Dirección de Recursos Naturales, la Policía y el Siprosa realice operativos en conjunto para poner fin a esta actividad? Por las dudas señores funcionarios: en las intersecciones de Roca y Alem y Lincoln y antes y después del puentes Lucas Córdoba, desde hace años, existen puesto de ventas de pescados.
Vergüenza deberían sentir los responsables de las áreas de medio ambiente de Tucumán y Santiago que son incapaces de sentarse un día para tratar de llegar a un acuerdo para combatir a los furtivos de ambas provincias.
Vergüenza deberían sentir los encargados de legislar que no están al tanto de lo que está ocurriendo y siguen sin promulgar una Ley que acabe con la masacre de los recursos naturales. Por las dudas, si no lo saben: en el Litoral, a través de normas, blanquearon la actividad permitiéndoles a los rederos seguir con su oficio en determinados lugares y durante ciertos meses del año. Crearon un registro para determinar quiénes se dedicarían a esta actividad. Los que quedaron fueran del sistema no pueden seguir capturando peces y, si son detectados, reciben durísimas sanciones y se les inicia una causa judicial. Más cerca, en Salta, los trasmalleros del Río Juramento, se transformaron en guías de pesca o en guardapesca. Dejaron las redes para ganarse la vida dígnamente.
Vergüenza deberían sentir los miembros de la Justicia que, a pesar de todas las denuncias, nunca actuaron de oficio para tratar de poner límites a los atentados ecológicos que se están produciendo en la provincia y en la región.
Vergüenza ajena sienten los pescadores que quieren que una vez por todas se tomen medidas serias para acabar con los furtivos. Están dispuestos a colaborar en esta lucha y, si no son escuchados, no falta mucho para que manifiesten públicamente su descontento.
por Gustavo Rodriguez
para Hay Pique / La Gaceta
N/R: La Vergüenza se torna indignación, cuando en la misma Fan Page de facebook figura un "domicilio" (que habría que verificar su veracidad), como una burla al sistema.
En un comentario que responde dice: "no te puedo llevar el pescado porque es muy lejos, el peligro son los controles" esto deja mas que claro que lo que hacen está prohibido...un vergüenza
ResponderBorrarDenunciemos la pagina hasta que desaparezca,no queda otra
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