Una salida en familia donde el spinning y el bait cast
permitieron un disfrute total con artificiales.
El remate del día fue a pura sutileza, cobrando pico pato
con cebos naturales y equipos ultralivianos
para Viva la Pesca de Diario Popular
Dejando atrás a la bella Esquina la semana anterior, la recorrida por el Paraná Medio nos llevó a otro excelente pesquero del Sur correntino: Goya. Allí, las aguas claras del arroyo Isoró son una tentación permanente a la pesca con arti ficiales, desde el spinning o bait al fly cast, siendo su población de doradillos el principal atractivo para despuntar el vicio.
En esta ocasión, contamos con un pescador de lujo para este relevamiento: Popppers Fernández, uno de los titulares de Power Fishing (junto a Tomi Arduino), quien llevó a su hijo Joaquín, de 10 años, a generar un poco de adrenalina señuelera con los combativos pirayús. Los acompañó Marina, mujer de Popper, a la postre encargada de fotos y filmaciones familiares, haciendo de esta pesca en familia un programa completo donde todas las generaciones y sexos fueron integrados en un plan compartido.
Convocados por un as del Litoral como es el guía Javier Enrique y en un día ideal con temperaturas primaverales, partieron de las cómodas cabañas Refugio del Río navegando tranquilos por el riacho Goya hacia el Paraná y de allí al bello y laberíntico Isoró, curso con esteros y un lento discurrir de aguas cristalinas que ofrece un espectáculo a los ojos por su belleza y la abundante avifauna que mora en sus riberas.
Armaron equipos de bait y spinning, con reeles cargados con multi Power Pro de 30 lbs y terminación en fluorcarbón (para evitar cortes por roces en ramas y dominar al dorado que está a punto de entregarse) antes del leader. Iniciaron un lento garete regulado con motor eléctrico, haciendo golpear los señuelos contra las costas o detrás de algún obstáculo (una rama emergente, un camalotal, etc.) que son los puntos habituales de ataque del dorado.
El primero en debutar fue el pequeño Joaquín, quien se lució con un dorado de tres kilos que atacó rabioso su señuelo de media agua Power Minnow 120 de Marine Sport. Poppers, para no ser menos, clavó al instante otro buen dorado con un Joa Century. Fue el inicio de una mañana a pura acción, con una sucesión de dorados logrados en las técnicas de spinning y bait casting, siempre golpeando la costa, en tamaños de 2 a 4 kilos, con alguna excepción que pasó los 5.
Cansados pero felices, los Fernández agradecieron el descanso del mediodía, donde Enriquez, un guía todo servicio que se brinda a sus clientes, armó un pequeño campamento en un santiamén bajo una sombra, donde degustaron un asadito en la isla.
Por la tarde, con ánimos renovados, los pescadores volvieron al agua a pescar en las salidas de las lagunas interiores, que mezclan el agua negra de la lluvia con la transparente de los esteros. Esas zonas de con uencia son zonas de ataque seguro.
El grupo continuó sumando piezas y practicando siempre la pesca con devolución.
Ya en las últimas horas de la tarde, el guía propuso un plan divertido para toda la familia que rara
vez practican las cañas locales aunque disfrutan mucho los brasileños: pescar pico pato con carnada natural.
“Antes de que caiga el sol salimos a la boca de un arroyo que daba al Paraná y nos dedicamos a pescar los pico pato con morenitas como carnada. Usamos leader de 30 lbs y anzuelo 6/0, pasando un plomito de 15 gramos en formato redondo o aceituna por el multi. Lo divertido de esta pesca es que la practicamos con equipos muy livianos y el pez ofrece una lucha bravísima. El pique es super potente, con tres cabezazos y una corrida. El pico pato, que allá le llaman manduví, busca siempre la profundidad, es como un surubí pero en tamaño que rara vez pasa los 2 kilos”, señala Poppers.
Con perspectivas óptimas para que esta pesca y condiciones se mantengan por varias semanas, sugerimos plani ficar un viajecito a Goya, ciudad que a poco más de 900 Km. de Capital Federal le ofrece la más rica variada del Paraná y todas las posibilidades de pesca para que el a cionado elija cómo quiere divertirse.
En esta ocasión, contamos con un pescador de lujo para este relevamiento: Popppers Fernández, uno de los titulares de Power Fishing (junto a Tomi Arduino), quien llevó a su hijo Joaquín, de 10 años, a generar un poco de adrenalina señuelera con los combativos pirayús. Los acompañó Marina, mujer de Popper, a la postre encargada de fotos y filmaciones familiares, haciendo de esta pesca en familia un programa completo donde todas las generaciones y sexos fueron integrados en un plan compartido.
Convocados por un as del Litoral como es el guía Javier Enrique y en un día ideal con temperaturas primaverales, partieron de las cómodas cabañas Refugio del Río navegando tranquilos por el riacho Goya hacia el Paraná y de allí al bello y laberíntico Isoró, curso con esteros y un lento discurrir de aguas cristalinas que ofrece un espectáculo a los ojos por su belleza y la abundante avifauna que mora en sus riberas.
Armaron equipos de bait y spinning, con reeles cargados con multi Power Pro de 30 lbs y terminación en fluorcarbón (para evitar cortes por roces en ramas y dominar al dorado que está a punto de entregarse) antes del leader. Iniciaron un lento garete regulado con motor eléctrico, haciendo golpear los señuelos contra las costas o detrás de algún obstáculo (una rama emergente, un camalotal, etc.) que son los puntos habituales de ataque del dorado.
El primero en debutar fue el pequeño Joaquín, quien se lució con un dorado de tres kilos que atacó rabioso su señuelo de media agua Power Minnow 120 de Marine Sport. Poppers, para no ser menos, clavó al instante otro buen dorado con un Joa Century. Fue el inicio de una mañana a pura acción, con una sucesión de dorados logrados en las técnicas de spinning y bait casting, siempre golpeando la costa, en tamaños de 2 a 4 kilos, con alguna excepción que pasó los 5.
Cansados pero felices, los Fernández agradecieron el descanso del mediodía, donde Enriquez, un guía todo servicio que se brinda a sus clientes, armó un pequeño campamento en un santiamén bajo una sombra, donde degustaron un asadito en la isla.
Por la tarde, con ánimos renovados, los pescadores volvieron al agua a pescar en las salidas de las lagunas interiores, que mezclan el agua negra de la lluvia con la transparente de los esteros. Esas zonas de con uencia son zonas de ataque seguro.
El grupo continuó sumando piezas y practicando siempre la pesca con devolución.
Ya en las últimas horas de la tarde, el guía propuso un plan divertido para toda la familia que rara
vez practican las cañas locales aunque disfrutan mucho los brasileños: pescar pico pato con carnada natural.
“Antes de que caiga el sol salimos a la boca de un arroyo que daba al Paraná y nos dedicamos a pescar los pico pato con morenitas como carnada. Usamos leader de 30 lbs y anzuelo 6/0, pasando un plomito de 15 gramos en formato redondo o aceituna por el multi. Lo divertido de esta pesca es que la practicamos con equipos muy livianos y el pez ofrece una lucha bravísima. El pique es super potente, con tres cabezazos y una corrida. El pico pato, que allá le llaman manduví, busca siempre la profundidad, es como un surubí pero en tamaño que rara vez pasa los 2 kilos”, señala Poppers.
Con perspectivas óptimas para que esta pesca y condiciones se mantengan por varias semanas, sugerimos plani ficar un viajecito a Goya, ciudad que a poco más de 900 Km. de Capital Federal le ofrece la más rica variada del Paraná y todas las posibilidades de pesca para que el a cionado elija cómo quiere divertirse.
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