Con el río crecido, los pescadores dicen que
escasean las piezas y
reclaman asistencia.
Enfrente, unas 24 familias ya dejaron sus casas
El río Paraná sigue creciendo y los efectos del fenómeno ya se hacen sentir tanto entre los pescadores, que ven entorpecido y hasta imposible su trabajo, como entre los pobladores de la zona de islas que, en algunos casos, se han autoevacuado y solicitan ayuda y donaciones.
Ayer por la tarde, el panorama continuaba empeorando con el río en plena crecida. En un diálogo con LaCapital, Carla Grate destacó el dramatismo de la situación ya que su vivienda particular, construida en el llano y sin los tradicionales pilotes de las casas isleñas, está completamente bajo agua: "Perdí todo y me tuve que ir a la casa de mis padres, porque parada en el patio de mi casa el agua me llegaba al pecho. En la casa de mis padres a donde nos autoevacuamos, ahora el agua está a menos de un metro de ingresar y tenemos los botes amarrados a la escalera y a medida que fue creciendo el agua, el lugar se fue llenando de lauchas".
La mujer afirmó que la casa de sus padres "está sobre pilotes y estamos todos hacinados. Mi padre tiene problemas en la cadera, mi madre sufrió recientemente un accidente cerebro vascular y en esa casa viven también dos hermanos míos. Ahora además en la casa estamos mi marido yo y mis dos hijos", indicó. También destacó que la salida al aire por la radio durante la mañana de ayer había dejado sus frutos y había recibido numerosos llamados para concretar entregas de elementos donados.
Pedido de ayuda
Carla hizo referencia luego a la situación de sus vecinos. "Somos —indicó— unas 24 familias que estamos volcadas sobre la costa del Paraná y la mayoría somos pescadores o trabajamos en los campos. Casi todos viven en casas sobre pilotes y tratamos de seguir desarrollando nuestra rutina diaria como llevar los chicos a la escuela, algo que ahora hacemos en canoa y cada día se pone más difícil".
En un llamado desesperado por conseguir ayuda, la mujer pidió chapas, tirantes y alimentos, que "nos hacen mucha falta". Y aportó su número telefónico fijo (476-4949) uno de los pocos que hay en la zona de islas.
Protesta
Los pescadores, en tanto, aseguran que la creciente resiente la pesca, por la falta de piezas y por la dificultad y peligrosidad que implica la actividad.
En este marco, un grupo de trabajadores el río realizarán, a partir de las 9.30, una movida en la cabecera del puente Rosario Victoria para pedir una ayuda económica provisoria "tanto del gobierno provincial como de la Nación" para paliar su situación, al menos "entre 30 y 45 días", según voceros del sector.
La escuela
Rubén Ferreyra es director y maestro de la escuela de la isla El Espinillo. Todos los días viaja desde San Jerónimo Sur hasta la guardería de lanchas de Rosario Central, y desde allí cruza hacia su trabajo. El docente destacó que la escuela provincial de El Espinillo cuenta con 23 alumnos y es el único lugar que está sobre tierra firme porque se edificó sobre un terreno elevado artificialmente. "Pensamos que el agua no va a llegar a anegarla y por lo tanto se podría usar como centro de operaciones en todo lo que sea ayuda. No habiendo un club ni una vecinal, el centro de la actividad social de los isleños es la escuela", señaló el docente.
"Aquí se da una paradoja; somos una escuela provincial santafesina establecida en territorio entrerriano sobre un terreno expropiado por la provincia de Santa Fe", indicó Ferreyra, quien agregó: "Las clases se están desarrollando normalmente y las cinco personas que estamos trabajando aquí, hasta ahora estamos bien. De los 23 chicos, están asistiendo a clases entre 15 y18 y los que no vienen es porque se han autoevacuado, pero es toda gente que reside cerca. La única alumna que viene de más lejos es una nena que vive en la isla La Invernada y la trae su padre en canoa".
Agua potable
El docente destacó que, no obstante, la comunidad isleña necesita una abundante provisión de bidones con agua potable, así como tablas de madera para extender al algunos pisos en viviendas donde hay hacinamiento, y alimentos no perecederos.
Ferreyra sintetizó también los datos obtenidos de sus diálogos con el personal de Prefectura y con los lugareños al señalar que la "grave situación" tiende a perdurar, porque el pico de la creciente llegaría a Rosario entre la primera y la segunda semana de agosto. Y afirmó que la situación en general se extendería por lo menos dos o tres meses más.
El directivo también puso a disposición su número de celular —156-556085— para recibir donaciones. "La escuela está justo frente a las torres de Puerto Norte, a la altura de lo que sería el nacimiento de avenida Francia y cuenta con un embarcadero que es bastante accesible", concluyó.
Relevamiento y ayuda
Por su parte, el director de Protección Civil de la provincia, Marcos Escajadillo, señaló ayer a LaCapital que por la creciente del Paraná "no hay evacuados en la zona, el río no llegó a los cinco metro,s que es el nivel de alerta", y que "se está realizando un relevamiento sanitario y social para ver cuáles son las necesidades". El titular de la repartición provincial comentó que estuvieron viendo la situación de la zona y "en la isla El Espinillo se van a entregar botas, trajes de agua y alimentos a los chicos de la escuela provincial que funciona allí".
Asimismo, afirmó que se está proveyendo de bolsas de arena a los pobladores de los lugares más bajos para evitar enegamientos en las viviendas. Y que se está relevando la situación en las costas de Villa Gobernador Gálvez, Puerto Gaboto y la zona de El Mangrullo en Rosario, donde el municipio ya está trabajando.
Fuente: La Capital
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