Amarras, por El Día de La Plata

El Día de La Plata nos brinda en esta nota

una serie de consejos y recomendaciones básicas,

referentes a las amarras de una embarcación,

muy importantes para mantener la seguridad abordo

El cabo que aseguramos en el cáncamo de la proa no debe ser más largo que la eslora de la embarcación, porque si cae al agua se enredará en la hélice. 

No es conveniente que los cabos tengan más de 6 ó 7 metros para no perder tiempo en soltarlos. Un total de tres cabos resulta ideal. Con respecto al diámetro de los cabos, los mismos deben permitir el atado a las cornamusas.

El ancla debe ser la adecuada al tamaño de la embarcación, y al volumen de la caja donde se aloja la misma. 

Las hay de varios formatos y para cada tipo de fondo, por lo que habrá que estudiar el tema previo al comprarla. 

Antes de tirar el ancla, verificar que esté bien atada. 

Nunca hay que dejar llevarse cerca de la costa, donde suele haber elementos que molesten a la hora de anclar, como palos, estructuras.

El ingreso de agua a la embarcación puede deberse a una rotura de casco, una ola mal encarada e incluso la lluvia. 

Para evacuarla siempre se dispone de una bomba de achique, que en caso de mal mantenimiento puede estar obstruida por suciedad y esto hará que la embarcación se nos llene de agua.

En cada salida hay que chequear la bomba, para estar seguro de su funcionamiento y en momentos de necesitarla que funcione sin problema alguno. 

Con oleaje todas las personas tienen que estar sentadas, ya que pueden provocar caídas inesperadas a la tripulación.

Fuente: El Día de La Plata

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