A metros de la represa Yacyretá, los pescadores ilegales
se acumulan cada vez más e imponen sus propias condiciones.
Todo lo extraído del río se comercializa en Brasil
Sin control, con condiciones que imponen los propios trasgresores de bandera paraguaya y con récords que se rompen como si se tratase de una competencia contra el tiempo y contra la oportunidad única de aprovechar y sacar la mayor cantidad de ejemplares dorados o surubíes, para luego venderlos en Brasil.
La impunidad con la que se apropiaron de una zona prohibida para la pesca, hace inclusive que en la Prefectura Naval Argentina, con asiento en esta localidad, no haya integrante alguno que no quiera hablar acudiendo al anonimato.
A pesar de que desde hace años existen leyes y hasta las autoridades paraguayas se pelean entre sí para poder frenar la depredación ictícola, que tiene como base la localidad de Ayolas (Paraguay), donde todo el comercio vive o sobrevive de la pesca deportiva y, naturalmente, de la prohibida.
Se sabe entonces que, pese a la vigencia de la Ley número 1378/92 que prohíbe la pesca a tres mil metros aguas abajo y tres mil aguas arriba de la represa Yacyretá, los ilegales continúan depredando el río Paraná en dicha zona.
Allí se acumulan grandes cantidades de peces, por lo que, en cuestión de minutos, los depredadores pueden capturar docenas de piezas, según afirman los que conocen la región.
Trabajo en conjunto, pero...
La Marina paraguaya y los guardias de la Entidad Binacional Yacyretá (Eby) trabajan de manera conjunta para hacer cumplir la Ley 1378/92, y muchas veces reciben como respuesta el ataque de los depredadores.
Sobre este escenario nadie quiere hablar o referirse a la problemática. por miedo a represalias.
Una de las fuentes, que prefirió el anonimato, explicó a El Territorio que “esto no es nuevo, siempre pescan frente a la represa y sobre todo lanchas paraguayas, el tema es que cada vez está peor, porque quedan menos peces”.
En cuanto a los controles, se explicó que “los encargados de controlar son los integrantes de la Armada Paraguaya, como dueños del río, pero no lo hacen.
No sólo que no controlan, sino que, con coimas, hasta dejan pescar en la zona prohibida”.
“Te cobran más caro, cuanto más cerca de la represa pescás”.
La contundente afirmación va de la mano con la cantidad de lanchas que están al mando de los depredadores, casi en la costa de la Isla Apipé, la isla correntina rodeada por aguas paraguayas.
Respecto a lo que corresponde a nuestro país, explicó que “la Prefectura sólo puede custodiar aguas argentinas, hasta el canal de navegación, porque de ahí para arriba pertenece la custodia a Paraguay”.
Desde la isla Apipé Grande, señalaron a El Territorio que “es una tristeza lo que pasa, los depredadores se creen dueños del río.
Una tarde vimos 33 botes en la zona, incluso hay personas que, para que puedas pescar allí, te cobran 200 pesos por turno.
Termina esa persona y viene otra y a cada uno se le cobra entre 200 y 300 pesos”, añadió la fuente consultada, que también destacó que, “en dos horas, a veces sacan hasta 25 dorados y, según lo que se sabe, los llevan al Paraguay y luego lo venden en Brasil”.
Fuente: Territorio Digital
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