En esta nota preparada para Crónica Pesca,
Horacio Pascuariello nos describe las alternativas
de Pesca en Brasil, sobretodo en el nordeste
El particular momento económico que vive nuestro país abre el juego a los pescadores deportivos que buscan nuevos destinos, y en este sentido la República Federativa del Brasil lo tiene todo, exóticos paisajes con excelentes servicios.
Para saber un poco más sobre esto, entrevistamos a Robert Miller, un referente de la pesca recreativa en la zona de Rio Grande do Norte, quien nos destaca que cada vez más argentinos eligen Natal, Pipa y otras ciudades y playas de ese Estado para pasar sus vacaciones, y muchos ya están descubriendo la oportunidad de pescar en un entorno diferente.
Las modalidades que más se practican son trolling, jigging y spinning, pero la llegada de aficionados de nuestro país habituados a visitar la Patagonia en busca de salmónidos, y el Litoral en busca de dorados, impuso la pesca con mosca como una alternativa más.
El acceso desde Argentina es vía aérea, para lo cual hay vuelos diarios, algunos sin escalas hasta el Aeropuerto Internacional Augusto Severo de Natal (NAT).
Desde allí comienza la aventura con la posibilidad de relevar distintos ámbitos obteniendo una impresionante variedad de especies con jornadas prácticamente interminables para los amantes de la naturaleza, el avistaje de aves y la fotografía.
A pesar de estar en zonas selváticas, no es necesario ningún tipo de vacunación previa, y solamente hay que tener la precaución de llevar ropa adecuada y protector solar.
La pesca se practica todo el año y la licencia está incluida en el servicio de guía, lo mismo que todo lo que se requiere para este tipo de aventuras, desde los refrigerios hasta los equipos y carnadas, salvo lo que se refiere al fly cast.
Robert nos detallaba que recorre distintas zonas dentro de un radio de 120 kilómetros de Natal, donde se incluyen lagunas, surfcasting en las playas, pesca de media altura y alta mar, pero el lugar más atractivo es el río Curimataú, ubicado a unos 78 kilómetros y a donde se accede a través de la ruta BR-101.
Este hábitat tiene la particularidad de contar con una importante formación de manglares, transformándolo en un reservorio natural pleno de flora y fauna, donde sólo con navegarlo tenemos paga la experiencia.
Este caudaloso río tiene una amplia desembocadura al océano, contando además con variaciones muy marcadas, y mareas de hasta 2.5 mts. de diferencia, que permiten el ingreso de peces muy deportivos desde el mar, los cuales siguen ciclos de alimentación y desove.
De esta forma se obtienen condiciones óptimas para lograr dar en las más distintas modalidades con tarpones, tanto los silver king adultos como los baby, también robalo/snook, pescada amarela, meros, barracudas, xaréu, baiacú.
Si tenés la suerte de poder visitar Brasil, buscá en Facebook a nuestro amigo Robert en Carpe Diem Natal - Fishing & Nature.
Por Horacio Pascuariello
para Crónica Pesca
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