Foto de archivo
El río avanzó, pero aún no hubo evacuados.
Hubo familias de pescadores que decidieron
mudarse por prevención. La
Municipalidad trabaja
en la colocación de bombas y en
la limpieza de
pozos negros
El río Paraná estaba este jueves en 4,96 metros en la capital entrerriana, es decir a sólo cuatro centímetros de la etapa de evacuación y 26 centímetros por sobre la altura considerada de alerta.
La intendenta Blanca Osuna recibió al jefe de la Prefectura de Paraná Gustavo Campanini. El objetivo del encuentro fue dialogar sobre la situación del río Paraná sobre la costa de la capital provincial.
Tanto la Municipalidad como la Prefectura mantienen reuniones periódicas para seguir paso a paso la crecida del río.
Luego del encuentro de trabajo, que se desarrolló en el Palacio Municipal, el jefe Gustavo Campanini, sostuvo: «Pusimos al tanto de la altura del agua en la ciudad de Paraná y la situación actual del río. En este sentido, hemos entrado de alerta».
Al mismo tiempo, agregó: «Seguiremos trabajando juntos ambas instituciones, la Municipalidad le da mucha importancia a la zona portuaria, al puerto de Paraná y la Prefectura es la autoridad que brinda seguridad en el lugar, así que estamos a disposición ambas instituciones para trabajar en conjunto», sostuvo.
El secretario de Desarrollo Social de la Municipalidad, Fernando Báez, hizo una recorrida por toda la costa. «En el Club de Pescadores colocamos una bomba para agilizar los desagües pluviales de Puerto Viejo. Lo que se está haciendo es todo prevención», apuntó.
El secretario de Desarrollo Social de la Municipalidad, Fernando Báez, hizo una recorrida por toda la costa. «En el Club de Pescadores colocamos una bomba para agilizar los desagües pluviales de Puerto Viejo. Lo que se está haciendo es todo prevención», apuntó.
El funcionario señaló que si bien la crecida ha sido importante, en la zona de Bajada Grande, por ejemplo, no es un lugar donde habiten familias. «El área está afectada por el agua, pero por suerte no es un lugar de residencia. Más que nada es un lugar de pescadores», precisó en referencia a la zona que es propiedad de cooperativa Coceramic.
En la zona de la arenera, en Bajada, hubo una especie de autoevacuación. «Tres familias se trasladaron a un lugar más apartado en donde el municipio levantó unas casillas precisamente para este tipo de situaciones», explicó Báez.
Se realiza un «operativo especial» con los camiones atmosféricos para limpiar los pozos negros. «Con las crecidas, estos pozos hay que desagotarlos porque el agua de los arroyos se filtra por todos lados», explicó a El Diario.
Los clubes costeros suelen ser una muestra cabal de la creciente del Paraná. El agua, finalmente, entró en el restaurante del Paraná Rowing Club en la Costanera baja de la ciudad. Para intentar frenar el avance del agua, instalaron bolsas de arena como contención.
Sin embargo, el agua no se detuvo y dejó el comedor inhabilitado. La zona de las parrillas, que está unos metros más arriba que el nivel del río quedó a salvo. Incluso dos familias decidieron almorzar en el predio.
En el Club Atlético Estudiantes y en el de Pescadores se estaba al límite, pero el agua no había ingresado a las instalaciones.
La otra zona en la que familias se trasladaron es en la bajada de Núñez y Conchillas, (Mariápolis). «Unas 20 familias de pescadores se trasladaron a la zona más alta de la barranca donde tienen unos ranchos a los que se suelen trasladar cuando sube el agua. Lo hacen siempre, es ya una cuestión cultural», dijo Báez.
El funcionario pidió que las embarcaciones no naveguen cerca de la costa, sobre todo las más grandes.
Fuente: El Heraldo
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