Tres prescadores de Reconquista sobrevivieron
al treparse a un árbol y así pasar la noche,
tras el naufragio de su canoa
Tres pescadores que estaban incomunicados de sus familias aparecieron este lunes al mediodía. Se les había hundido la embarcación y pasaron dos días desaparecidos.
La primera noche fue con los cuerpos desnudos arriba de un árbol porque la zona está bajo el agua de la creciente. Fue una larga noche sin poder dormir, matando mosquitos y entre las ratas que también sobreviven en ese timbó.
Imperdible testimonio en diálogo con ReconquistaHOY, después de dos días gritando "auxilio, socorro".
Julio César Flores, 42; su hijo Julio Gabriel Flores, 18; y un amigo habitual de pesca: Ariel Rabez, 38, son los protagonistas de este suceso que comenzó el sábado 12 de julio de 2014 cuando habían salido de pesca desde Barrio La Cortada en una canoa de cinco metros fabricada en fibra de vidrio por el propio Flores e impulsada con un motor Yamaha de 5 HP.
Cuando aún no habían llegado al lugar elegido para hacer ranchada comenzó el drama, en El Naranjo, cuando se quebró la fibra de la canoa al montarse sobre un tronco de palmera.
Flores dijo que el hundimiento de la embarcación fue rápido. "Son segundos. A mi que no me digan que tenés para reaccionar, no. Lo único que atinás es a salvar tu vida".
Y se salvaron prendiéndose de las cosas que flotaban. Flores hijo manoteó un salvavidas, su padre un bidón y Rabez se prendió de una tabla. Alcanzó a salvar una de las escopetas que llevaban. El resto se hundió.
Para no ahogarse los tres se quitaron las ropas y en calzoncillos llegaron a un árbol. Allí no hay nada de tierra, por la creciente está todo bajo el agua.
Y sobre ese árbol pasaron la primera noche, desnudos a merced de los mosquitos y entre las ratas que también sobreviven de la creciente. Tuvieron que aguantar toda la noche sin dormir y soportando el frío.
De los tres celulares salvaron uno pero al mojarse dejó de funcionar. Quedaron incomunicados. Para colmo de males, justo se fue el puestero que está en esa zona, el señor Fabre, cuyo motorcito incluso alcanzaron a escuchar cuando regresaba a la ciudad.
"Socorro, auxilio", eran los gritos que nadie escuchó.
Al otro día recuperaron cosas que seguían flotando. Un encendedor y la Carne con lo que se alimentaron; y ropa que pusieron a secar para abrigarse la segunda noche, que fue en un rancho adonde llegaron armando una balsa con troncos de palmeras que en esa zona abundan.
Tenían sogas y bolsas con las que también hicieron tiras para unir los palos. Así navegaron hasta una ranchada donde pasaron la segunda noche.
Y este lunes a la mañana emprendieron en balsa otro tramo de regreso hasta que los encontró Oscar Faulkner, un señor en canoa que los acercó hasta La Cortada.
Flores dice que no quedó con temor y que seguirá yendo al río. De hecho que esta misma tarde regresó para intentar rescatar su embarcación hundida.
Le pedimos que nos deje una enseñanza de este accidente y recomendó "tener puesto el salvavidas y enseñarle a los chicos a nadar".
Flores es oficial de albañil y su hijo es alumno de 4° año de la Escuela Industrial. Viven en el pasaje 41/43 casi calle Ludueña, frente al Barrio de las 374 viviendas, donde recibieron a ReconquistaHOY.
Fuente: Reconquista Hoy
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Son unos maquinas, todo mi enhorabuena a estos pescadores. www.naturven.com
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