Horacio Pascuariello, desde el Suplemento Pesca
de Diario Crónica nos cuenta en este informe que
la zona de Guazú sigue con muy buen pique de bagres blancos
Sigue dando que hablar la excepcional temporada que estamos viviendo en cuanto a la pesca del bagre blanco en la cuenca baja del río Paraná, y para contarlo más en detalle convocamos a nuestro amigo Luis María Bruno, quien nos deja este relato de su última visita a la zona:
"Salimos muy temprano desde el Camping Recreo Keidel ubicado en Zárate con mi compañero Horacio Palacios, navegando aguas abajo del Guazú en busca de los pozones cercanos al muelle del Helgue.
Una vez elegido el lugar, fondeamos en una profundidad de unos treinta metros, para lo cual utilizamos un grampín antienganche de fabricación casera, de unos doce kilos, con dos metros de cadenas y un cabo de cien metros, asegurándonos de esta manera un fondeo rápido, prolijo y sumamente seguro, el cual no se suelta con la marejada de otras embarcaciones o buques de la zona.
Después de estas maniobras armamos nuestros equipos, compuestos por cañas de 3.60 metros y reeles rotativos con una carga de unos 200 metros de monofilamento del cincuenta, con plomos de 350 gramos y anzuelos corvineros encarnados con aletas y tentáculos de calamar.
En este día en particular el agua estaba parada y, como siempre digo, es el mejor momento en esta zona para el bagre de mar. Así fue que después de haber realizado mi primer lance me dispuse al armado de otro equipo, mientras que Horacio terminaba de armar el suyo, pero para nuestra sorpresa ya teníamos el primer pique, el cual terminó en una linda pelea con un bagre que promedió los tres kilos largos.
Los piques se sucedieron en forma continúa. Fuimos obteniendo capturas que promediaron del kilo y medio a los 4 kilos, de tal forma que no teníamos el menor tiempo para poder preparar el cimarrón y degustar de unos lindos amargos, pero todo fue con sumo placer. Con respecto a la carnada, preferimos cien por ciento las anchoítas en lugar del calamar para este tipo de pesca, pero la diferencia está en que si bien a las anchoítas hay que atarlas, no se erran piques. Con los tentáculos corremos el riesgo de perder el cebo y tener que volver a encarnar cuando el pez tira de él arrancándolo por completo.
Promediando las 11, el pique se cortó por completo y fue justo el momento en que cambió el viento y empezó a correr el agua. Por otra parte, ya eran cerca de veinte las embarcaciones que intentaban dar con esta especie. Muchos, por lo que pudimos apreciar, no van a pescar jamás un ejemplar; algunos intentaban en profundidades de veinticinco metros utilizando plomos de cien gramos, con lo que indudablemente nunca llegarán al fondo y por lo tanto la pesca será nula".
Por nuestra parte, con 18 bagres de mar elegidos en nuestra embarcación y con un pique cortado completamente, decidimos dar por finalizada esta jornada de pesca, la cual nos llenó, como tantas otras, de muchas satisfacciones.
(Camping Keidel: por guardería y bajada de lancha comunicarse al (03487) 15470576).
por Horacio Pascuariello
para Crónica Pesca
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