En pocas horas y en plena Capital Federal,
logramos en tiempo de
transición, siete especies
pescando a fondo y flote. Una buena opción
económica
y familiar para ir sin grandes expectativas
y llevarse alguna
sorpresa
Bajo la etiqueta de "urban fishing", en el mundo crece la tendencia a buscar lugares de pesca muy a mano en las grandes ciudades. Y Buenos Aires también tiene sus pesqueros urbanos; algunos pagos, como los clubes de pesca, y otros gratuitos como el que nos ocupa hoy. El Parque de los Niños, que abre de martes a domingos.
Situado en el límite de la ciudad autónoma con Vicente López, queda muy cerca de Puente Saavedra, accediendo a su amplio predio por Avenida del Libertador justo antes de cruzar Puente Saavedra, costeando la ex ESMA hacia la derecha y siguiendo carteles indicadores. Otro modo de acceso es por la avenida Lugones, mano a Provincia, tomando un desvío a la derecha que está justo antes de la subida a la avenida General Paz. La primera impresión del visitante es la de un parque muy cuidado, con zonas de bosques, pasto bien cortado, espacio amplísimo para el running, remontar barriletes, jugar al fútbol, andar en bicicleta y peloteros infantiles, todos atractivos que bien justifican el nombre de este parque orientado a los pibes. Y esto es importante saberlo, dado que cuando vamos con niños a pescar, es importante tener un plan "B" dado que el umbral de paciencia de las criaturas es muy distinto al de los adultos y tras un rato sin pique suelen pedir hacer otra cosa.
Junto a los niños Alan y Axel, hicimos un relevamiento en donde intentamos por un lado pesca variada y por otro orientamos los cañones al pejerrey. Es útil saber que conviene reforzar los equipos orientados al peje: en nuestro caso no usamos las cañas de 4 metros tradicionales sino otras más gruesas, para poder meter una línea de tres boyas bien adentro, usando boya Mandale (llamada también Volcadora), con plomada de 80 gramos para que la corriente no la desplace y la línea quede retenida. Justamente por pescar a cierta distancia de la costa, las boyas, esféricas o en formato cometa, deben ser algo grandes (30 mm las esféricas como mínimo) para visualizarlas a 40 metros o más.
Otro consejo útil es utilizar un "fusible" en la plomada, es decir, hacer un empalme entre hilo de la volcadora y plomo, con nailon de menor grosor que el de la línea del reel y de la línea de pesca, cosa que nos permitirá cortar solo la plomada ante un enganche y salvar la línea y la eventual pieza que hayamos clavado. Por último, hay que llevar un mediomundo para izar piezas grandes.
En cuanto a la pesca, tiramos dos cañas con línea clásica de pejerrey y dos a fondo, encarnando una con mojarras vivas y otra con masa, apuntando a bogas o carpas. Los resultados fueron notables por lo diverso: en la de masa no hubo un toque, pero en la de fondo encarnada con mojarra viva logramos un pejerrey, una sardina y un par de chafalotes chicos; y en las de flote se dio otro pejerrey, algunos chafas y dientudos. Luego a una de las de fondo la encarnamos con lombriz y los niños se divirtieron de lo lindo con las especies de cuero, que están muy activas: metimos porteñitos, bagres amarillos y patíes. La pesca no siempre es fácil, pero hay días donde el peje come firme y la acción es mucho mas constante.
Fueron apenas tres hora de pesca antes de pasar a otro plan (recuerden lo que dijimos de los niños), pero en tan poco tiempo logramos ¡siete especies!.
Sin dudas un verdadero muestrario de lo que aún puede darnos nuestro querido y agredido Río de la Plata aún en las contaminadas aguas de Capital Federal. Vaya y disfrute.
Fuente: Viva la Pesca de Diario Popular
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