Revista Weekend nos anticipa una nota de la
edición de Septiembre de 2013 sobre una salida
en el norte Argentino, de la mano de Alvarito
Uno de los espejos más grandes del país, ubicado en Salta, con cerca de 12.000 hectáreas y un catamarán desde donde pescarlo
Dentro del embalse existen muchos sectores para acampar y pasar el día, con gran cantidad de servicios para el turista y una importante oferta de alquiler de lanchas, botes y catamaranes, el sistema más utilizado por los pescadores.
El catamarán transporta entre 12 y 30 personas y tiene muchas comodidades, como baños, parrilla, asientos, luz a sus costados para la muy practicada pesca nocturna y hasta camas para descansar.
La zona del embalse es de gran belleza, siendo Coronel Moldes (Dpto. La Viña) la localidad base para acceder al dique.
Nuestros anfitriones fueron Rubén Corimayo y Sergio Durand, quienes se encargaron de la organización de la salida.
Serían dos días de pesca, el primero en catamarán y el segundo en lancha.
La primera jornada amaneció seminublada, con viento suave del noroeste que con el correr del día fue en aumento, y una temperatura muy baja: al amanecer era de 4 grados bajo cero.
De todas maneras, a medida que el sol tomaba altura el clima se fue tornando más agradable.
Comodidad y camaradería
El catamarán Huguito fue el elegido para la salida. Nos acompañó un grupo de pescadores salteños, todos muy solidarios.
Iniciamos la navegación desde el camping El Préstamo hacia una zona conocida como Guachipas.
El tiempo de viaje fue de 1 hora 45 minutos y la embarcación fue anclada en una profundidad aproximada de 3 a 4 m.
La pesca la haríamos con paternóster o balancín casi pegado al fondo.
Los aparejos se arman con dos anzuelos no muy grandes (los tipo Maruto funcionan muy bien), ya que los pejerreyes son de boca chica pero robustos y peleadores.
Los paternóster tienen unos rotores de alambre fino y largo, que mantienen separados los anzuelos de la línea madre y evitan enredos.
Las boyas de las líneas se calibran con un plomito que las hace trabajar sumergidas, de esta manera se detectan dos tipos de pique: si levanta la carnada, la boya se acuesta, y si la toma y arrastra hacia abajo, se hunde lentamente.
Nota publicada en la edición 492 de Weekend,
septiembre de 2013.
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