Tanto en verano como en invierno, esta villa neuquina
ofrece una amplia oferta de excursiones. Se puede
desde recorrer su represa hidroeléctrica, visitar su museo
paleontológico, navegar su embalse, pescar, o simplemente
disfrutar de una caminata para contemplar la caprichosa geología
Fue construida al margen del embalse Ezequiel Ramos Mejía y en los últimos tiempos ha surgido como una gran propuesta veraniega.
La localidad nació a partir de la construcción de la represa hidroeléctrica sobre el río Limay que generó un embalse de una superficie de 816 Km2.
La planta urbana fue construida por la empresa Hidronor S.A, hace unos veinticinco años aproximadamente, lo que requirió de grandes inversiones en material y tecnología.
A partir de la construcción de estas obras se produjeron importantes cambios en la fisonomía regional, y se descubrió en su entorno una zona rica en restos fósiles, árboles petrificados, restos e improntas o huellas de dinosaurios, que constituyen hoy el más importante atractivo.
La creación de la villa requirió una cuidada planificación arquitectónica, con una intensa forestación de sus calles y parquización de los lugares públicos, logrando un microclima y paisaje muy agradable para la vida urbana. En la actualidad cuenta con unos 2.000 habitantes.
Año a año el turismo es atraído por sus actividades de navegación, pesca y sus paredones "Los Gigantes".
El suelo de arenisca roja y las costas del embalse son ricas en fósiles, lo que ha derivado que a la localidad se la conozca como "El valle de los dinosaurios".
Se pueden encontrar restos de saurios menores, huellas de tres metros de largo, el bosque petrificado y conocer toda la rica historia palenteológica visitando el Museo Municipal "Ernesto Bachmann".
Villa el Chocón y el embalse Ezequiel Ramos Mexía también son escenarios para la práctica de deportes náuticos y ofrecen todas las comodidades para el visitante.
Las posibilidades de paseos y atractivos turísticos son variadas. Cabe destacar que es imperdible una visita a la Central Hídrica.
Otro de los lugares que merecen la pena es el Cañadón Escondido con 20 km. de largo y una profundidad de 80 mts.
Está constituido por capas o estratos de millones de años, donde se pueden observar fósiles vegetales, huellas de dinosaurios que datan de más de 150 millones de años.
Además se puede visitar la Iglesia Nuestra Señora de "El Chocón".
La villa ostenta una construcción en forma escalonada hacia el espejo de agua, con barrios de viviendas residenciales, calles interiores conectadas a dos rotondas, plazas y jardines.
El turismo la ha posicionado entre los destinos más prodigiosos, como un sitio pleno de serenidad.
MUSEO ERNESTO BACHMANN Y UNA OPORTUNIDAD UNICA PARA LOS MAS CHICOS
Uno de los paseos imperdibles es el Museo Bachmann, que entre las actividades que presenta está el programa "Paleontólogo por un día" que propone la simulación de la búsqueda de fósiles de dinosaurios, recreada en lugares especialmente acondicionados para la experiencia.
La actividad está pensada para los niños de 2 a 10 años, a quienes se les brinda un chaleco, un pincel y una pala, y son ellos mismos quienes descubren y desentierran réplicas de fósiles.
Luego, son galardonados con un certificado que acredita que fueron "paleontólogos por un día".
Hay que tener en cuenta que para realizar esta actividad hay que consultar al momento de entrar al Museo, debido a que está sujeta a las condiciones climáticas y a la disponibilidad del personal especializado.
Fuente: El Patagónico
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