El procedimiento que se realizó durante la madrugada
del viernes 14 estuvo a cargo de los inspectores de la
Dirección Flora, Fauna Silvestre y Suelos,
junto con la Policía Ecológica
Durante un procedimiento que concretaron pasadas las 4 de la mañana de hoy, personal de la Dirección de Flora, Fauna Silvestre y Suelos, junto con personal de la Policía Ecológica, descubrieron cuatro trasmallos en la zona del río Tapia, en El Cadillal. De inmediato procedieron a decomisar el implemento de pesca ilegal que utilizaban los furtivos y también a liberar a los ejemplares atrapados que estaban vivos.
Fuentes inobjetables relataron a NOAFishing que utilizando dos embarcaciones los inspectores se lanzaron al espejo desafiando la oscuridad, para mantener a favor el factor sorpresa. Ya en la desembocadura del río Tapia descubrieron flotando una botella de plástico, que al levantarla dejó al descubierto el primer trasmallo "sabalero". Unos metros más adelante, se toparon con dos redes de igual dimensión (unos 100 metros), y una cuarta con un entramado más chico, para atrapar pejerreyes.
"Había por los menos dos docenas de ejemplares entre sábalos y tarariras -eran grandes, los sábalos más de tres kilos- y como unos 200 pejerreyes entre medianos y de más de 22 centímetros", relató a NOAFishing uno de los inspectores.
También precisó que mientras realizaban el procedimiento, vieron gente -en una camioneta y una moto- en la costa que observaba sus movimientos y a los pocos minutos desapareció. Lo curisoso fue que notaron movimientos de los furtivos en la costa opuesta, donde al parecer extrajeron otros trasmallos que habían "plantado".
Cabe recordar que en esa zona, el pescador Julio Ale descubrió en pleno día las redes -le llamó la atención la boya flúo que sostenían- y fue ahuyentado a los tiros por los furtivos. Esta información también fue primicia de NOAFishing.
En el caso de la madrugada de hoy, los furtivos se quedaron con las manos vacias y sin gran parte de sus redes. Los procedimientos continuarán, anticiparon las autoridades de la DFFSyS, y que algunos nombres de los furtivos "fueron dados por pescadores que denunciaron la situación", de manera que las autoridades policales investigarán a los responsables de la depredación.
Un gran negocio
Como conclusión, y para destacar este procedimiento, vale hacer un cálculo simple y rápido. Si la extracción diaria es de 300 pejerreyes (se llevan más), al mes suman 9.000 ejemplares. A un promedio de 600 gramos cada uno (hay pejerreyes de más de 1,500 kg), los furtivos vuelcan al mercado de consumo unos 5.400 kilogramos de pejerreyes. Traducido en dinero, si el kilo promedio es de $ 6 (el 50% de lo que cuesta en el mostrador), los ilegales embolsan unos $ 32.400 mensuales.
Este gran negocio, a costa del sacrificio de quienes se ocupan de resembrar el lago todos los años, se engrosa (en unos $ 10.000 más) con la comercialización de los sábalos y las tarariras. En algunos comercios que venden estos productos resaltan -como valor agregado-, que se trata de "ejemplares de El Cadillal".
Valga este último párrafo para reflejar las quejas de muchos pescadores deportivos, algunos residentes en la comuna de El Cadillal. Consideran que la Policía Lacustre "brilla por su ausencia" cuando se producen estas depredaciones en el dique, y que los efectivos "saben quiénes son furtivos y sus cómplices en la red de comercialización" y no "hacen nada".
Fuente NOA Fishing
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