La albufera de Mar Chiquita sigue dando Lisas de las buenas

Ejemplares de muy buen porte, de hasta 2 kilos y medio,

y que dieron gran batalla

Estando en la ciudad de Mar del Plata era inevitable ir en busca de las “batarazas” a la albufera de Mar Chiquita. Fue así que con todos los equipos listos partimos desde Mar del Plata por la ruta 11 hasta el kilómetro 472, donde ingresamos al pesquero Juan y Juan, donde Pablo, encargado del lugar, nos estaba esperando con el deslizador en el agua.

Cargamos todos los elementos a utilizar, y salimos en busca de las grandes lisas de Mar Chiquita.

Una vez navegando, notamos que el agua estaba casi en condiciones optimas, aunque el pronóstico anunciaba un poco de viento para la tarde, por lo que decidimos ir en busca de lugares donde el viento castigara menos, por lo que elegimos como primer parada a la zona de la “quintita”.

Allí anclamos el deslizador y comenzamos a preparar los distintos elementos, con cañas de 4 metros, reeles frontales cargados con multifilamento de 0.18 mm, las líneas de 5 boyas, los anzuelos marca owner numero 1 de la serie 5115, y como carnada, panza de lisa coloreada de rojo.


LINEAS AL AGUA

Al tener todo listo, arrojamos las líneas al agua y notamos mucha actividad de lisas, pero que tenían la actitud de esquivar las líneas.

Al cabo de una hora, y sin tener respuestas, cambiamos de lugar, siempre buscando el agua clara.

En este segundo sitio, teníamos un poco mas de “bochones” (formaciones duras originadas por un gusano poliqueto), y por lo tanto arrojamos las líneas cerca de estos, y los piques no tardaron en llegar, con ejemplares que llegaron a los dos kilos y medio de peso, donde nos ofrecían una terrible pelea a la hora de sacarlas del agua.

Una a una íbamos capturando hasta que en una de las líneas se decidieron a comer dos lisas juntas, por lo que tras un certero cañazo el doblete comenzó a dar batalla, y luego de un rato las subimos a la embarcación. Por esta razón siempre armamos las líneas con madre de 0.60, ya que se pueden capturar más de una, y por el roce con los bochones que tenemos al recoger la línea, tenemos menos chances de cortar.

Al llegar la tarde, el viento no faltó a la cita, y por tal motivo el agua comenzó a ponerse turbia, razón por la cual la lisa dejó de comer. Igualmente realizamos un par de movidas mas, y capturamos alguna lisa mas, pero la pesca ya estaba realizada, y con un total de 25 ejemplares de muy buen porte, decidimos regresar, muy contentos por haber pasado un día de pesca y entre amigos.

Relevamiento: Daniel Pavoni

Fuente: El Día de La Plata