miércoles, 9 de marzo de 2016

Encontramos al diez de oro, por Weekend


Te presentamos un breve adelanto de
una nota de Nestor Saavedra, sobre la
exitosa Pesca de Dorados en Esquina,
publicada en la edición Marzo de Weekend



Dorados de dos dígitos con aguas altas, ideales para pescar con varios tipos de artificiales. La precisión da frutos.

Hace muchos años, cuando jugaba en el fútbol italiano, Diego Maradona había desaparecido. 

No se lo encontraba por ningún lado. Un amigo, sagaz, lo ubicó pescando en Esquina, cuna del padre del crack. 

Totalmente alejado de la civilización que lo adoraba y abrumaba, pescaba días enteros entre las islas. 

El diez la pasaba de diez y nosotros también, en esa misma ciudad correntina encontramos un dorado de diez kilos de pura dinamita.

Lanzo contra uno de los muchos palos semihundidos que forman correderas en la costa oriental del Paraná, aguas abajo del canal Torello, que vincula desde hace casi un siglo el susodicho río con el Corriente y la ciudad de Esquina. 

Recojo a buena velocidad con un Minnow de cabeza roja que me había dado Román, compañero de pesca en esta jornada y propietario de Posada Casablanca, nuestro centro de operaciones elegido.

Siento el ataque. Con la punta de la caña de 10 a 20 libras (1 libra=0,453 kilos) y 1,70 metros apuntando al río, cañeo fuerte para asegurar que los triples, bien afilados, traspasen la carne de una boca llena de huesos. 

No se clava y sigo recogiendo, pero en un segundo vuelve el mismo dorado, u otro, y ahora come con fiereza metiéndose todo el señuelo y parte del cable de acero de veinte centímetros y veinte libras en la boca.


La batalla por el oro

Cuando se siente pinchado da el primer salto y muestra que es muy grande para esta zona, si bien Román comenta que estuvieron saliendo varios ejemplares de este porte. 

Asoma la cabeza fuera del agua y la mueve con una increíble velocidad para desprenderse del engaño. No puede. Entonces, nada rápidamente y comienza a sacar línea.

El reel rotativo, cargado con multifibra de 0,28 mm y 22 kg, tiene el freno correctamente ajustado: cuando la caña, de poca curvatura, casi está por llegar al límite de su acción rápida, deja salir línea. 

Arranca hacia la costa y luego quiere pasar por debajo de la lancha. 

Hundo la vara en el agua para que no toque la quilla donde podría cortarse el multifilamento. 

Como Mario, nuestro guía, había levantado, tanto el motor de 115 HP y 4 T como el eléctrico, aprovecho para pasar por la popa y trabajarlo río afuera...

Lea la nota completa en la edición 522 de Weekend,
marzo de 2016.


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