Rosario - SF: Alarma en el río por la depredación incesante

En los últimos quince años, el río se vació de algunas

de sus principales especies con destino comercial

para entrar en un proceso “de debacle muy importante”,

de la mano de la pesca industrial, el represamiento

de los ríos aguas arriba y el nulo o escaso control del Estado

Las aguas marrones del Paraná, que han inspirado poemas y canciones en sus dos orillas, ayudan sin querer a ocultar de la vista un problema ambiental que impacta sobre toda la cuenca: en los últimos quince años, el río se vació de algunas de sus principales especies con destino comercial para entrar en un proceso “de debacle muy importante”, de la mano de la pesca industrial, el represamiento de los ríos aguas arriba y el nulo o escaso control del Estado.

Mientras que en 2004, uno de los mejores años de la pesca en volumen, se sacaron 45 mil toneladas de pescado, este año las previsiones están en torno a las 10 mil toneladas, una caída muy pronunciada que se explica por los cupos disponibles que a su vez reflejan la magnitud de la pérdida del recurso en la lonja de agua que a esta altura geográfica comparten las provincias de Santa Fe y Entre Ríos.
  
Surubí. Más cerca en el tiempo, en 2011, la captura a gran escala de peces más pequeños de lo permitido y antes de que cumplieran el ciclo natural de reproducción provoca que algunas especies prácticamente hayan desaparecido del río en esta zona, como el surubí.

Así lo expresó Norberto Oldani, especialista en ecología acuática, quien señaló que especies como el manguruyú, el salmón de río y el pacú ya dejaron de ser considerados “recursos” (con presencia a gran escala) para convertirse en sobrevivientes del río, una lista a la que si nada cambia en breve se agregarán el surubí atigrado y el pintado.

“El surubí, el pacú o el manguruyú ya no bajan al sur, hay que ir al norte para encontrarlos”, coincidió desde su experiencia Fabio Baena, quien participa de la Asociación Rosarina de Pesca con mosca.

La depredación del Paraná tiene varias explicaciones: la pesca industrial indiscriminada, que también incluye otros elementos “invisibles” como el represamiento de los ríos, la contaminación del agua, el crecimiento del tráfico de buques de gran porte, y las agresiones al humedal (la ganadería de islas con endicamientos y terraplenes a mansalva).

Fuente: La Capital

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