San Pedro: la patria de la Tararira, en show de artificiales

Spinning, bait o pesca con mosca pueden practicarse

en un ámbito ideal plagado de bañados bajos donde 

reina la Hoplias Malabáricus. 

Hay que aprovechar el “despertar” de la especie, 

que se muestra voraz y muy activa

Una de las pescas más apasionantes y divertidas para el amante de la pesca con artificiales es la de la tararira. Y a falta de lagunas bonaerenses que estén dando buenas pescas, hay que buscar a esta especie recostada en la cuenca del Plata. En ese sentido, porteños y bonaerenses tenemos en San Pedro un pesquero extraordinario, pleno de ámbitos matizados por desbordes y aguas bajas que son la patria de la tararira.

Aprovechando el calorcito que activó a la especie la semana pasada, combinamos una salida con nuestros anfitriones Gerardo Sobrino y Pedro Pratz, y armamos la salida con nuestros amigos y anunciantes Poppers Fernández, de Power Fishing, y Hernán Fernández de la firma Surfish, dos cañas expertas que sumadas a las de nuestros guías eran garantía de éxito.

Partimos a eso de las 8 del club de pesca local, navegando por el Paraná hasta Vuelta de Obligado, donde hicimos un intento al dorado en las piedras, a río abierto, teniendo la magra suerte de un solo pique de un ejemplar de unos 4 kilos, que tras varios saltos logró desprenderse del señuelo lipless que había mordido. Tras media hora de intentos infructuosos, decidimos ir de lleno a las taruchas, sin dudas las vedettes de estos días, que en su rabioso despertar intentan ingerir mucho alimento de cara al inminente desove, atacando todo lo que se pone a su alcance, ya sea por hambre o por defensa territorial.

Remontamos el González y luego el arroyo Sepultura, ámbito plagado de entraditas de agua que son seguidas de pequeñas lagunas bajas. Esos ámbitos deben ser testeados en una pesca de estrategia, sin agotarlos haciendo demasiado ruido, trabajando palmo a palmo los mismos con señuelos que exija la ocasión. De entrada, con agua fría y taruchas perezosas, la idea era “peinarles la ñata”, es decir, llevarles el señuelo a ras del fondo ya que iba a ser difícil que subieran a tomar en superficie. Allí me anduvo muy bien un señuelo tipo minnow articulado, al que le agregué una pequeña cuchara para irritar a las tarus. Cobré varias con ese artificial tuneado mientras mis amigos insistían con señuelos de flote. Otra opción rendidora fue montar un señuelo Spinit Highlander chico en una cuchara, artificial que nos permitía trabajar en zonas llenas de yuyos, motivando furibundos ataques. Un tercer artificial que compramos en El Viejo Pacú de pasada al Delta, nos rindió de maravillas: se trataba de una simple hélice con un trailer de goma y un triple, que trabajaba a 30 cm de la superficie y resultó sumamente clavador. Estos montajes rindieron mayormente por la mañana.


Piques en superficie

Al mediodía, comenzamos a tener resultados con el artificial del día: la Heddon Moss Boss, cuchara que trabaja en superficie, y que tiene un anzuelo curvado hacia arriba como la cola de un escorpión, hecho que la convierte en única para trabajar en ambientes tapiados de vegetación y en donde la tarucha busca refugio y camuflaje. Con esa cuchara y los señuelos Money Hound (simil salchicha, importados por Tech) logramos casi en exclusiva una veintena de tarariras, especialmente en una entrada de agua donde las agarramos amontonadas y muy competitivas. En ese lugar les pedí a mis amigos que me reservaran la colita de la lagunita para probar con mosca. Mientras ellos se fueron a pescar doraditos en la salida de agua negra de los campos, yo armé el equipo con línea de flote, una mosca simil ratón provista por Irresistible Fly Shop, y logré un par de ejemplares de interesante tamaño. Aunque, claro, los ataques en fly cast no eran tan frecuentes ni rabiosos como los logrados en spinning y bait.

En suma, hubo momentos de frenesí en donde cada caña tenía una tararira clavada y había que turnarse para hacer las fotos. Fue una fiesta con más de 70 ejemplares pescados, señal inequívoca de que San Pedro se encuentra a punto caramelo para divertirse en grande pescando con artificiales. Cabe destacar que devolvimos toda la pesca al agua, sana y salva, en la convicción de que tararira que regresa a su medio es un turista que vuelve.

Fuente: Viva la Pesca de Diario Popular