En La Paz - Entre Ríos se capturan
buenos ejemplares de Dorado,
tanto con artificiales como con carnada,
en sectores cercanos a la costa
En la localidad entrerriana de La Paz, dimos con dorados impresionantes, gracias al nivel de agua del majestuoso Paraná.
El río nos recibió con aguas transparentes, crecido pero en bajante, con una altura de casi 5 metros y la temperatura del agua en 18 grados.
Mateando en el viaje, Juan nos dio un panorama de cómo estaba el pique y mostró su interés por la pesca de dorados preferentemente “al golpe”.
La pesca “al golpe”, consiste en arrojar los artificiales o cebo natural hacia la costa con la embarcación a la deriva.
No es una técnica sencilla, se necesita de mucha precisión y fundamentalmente del conocimiento del guía para elegir los sectores donde lanzar los señuelos y tener éxito. Veríamos como se comportarían los pescadores debutantes con este nuevo desafío.
EQUIPOS
Durante la travesía, fuimos armando los equipos.
Preferimos usar equipos de pesca los más livianos posible con cañas de 10 a 20 libras con reel cargado con multifilamento de 0,22 milímetros.
Comenzamos las acciones con la pesca con morena como carnada, la cual la enhebramos por el costado en anzuelos Nº 8, dejándola viva para provocar el pique.
Juan aminoró la marcha frente a una prometedora barranca, y nos dio indicaciones sobre donde lanzar las carnadas, bien cerca de la costa.
Con los primeros tiros sin respuestas, arriesgamos más, lanzando más cerca de la costa entre pequeñas bocas de zanjas o en la caída de agua de pequeños arroyitos producidos por el agua que baja de los campos, aún a riesgo de tener algún enganche.
Durante la travesía, fuimos armando los equipos.
Preferimos usar equipos de pesca los más livianos posible con cañas de 10 a 20 libras con reel cargado con multifilamento de 0,22 milímetros.
Comenzamos las acciones con la pesca con morena como carnada, la cual la enhebramos por el costado en anzuelos Nº 8, dejándola viva para provocar el pique.
Juan aminoró la marcha frente a una prometedora barranca, y nos dio indicaciones sobre donde lanzar las carnadas, bien cerca de la costa.
Con los primeros tiros sin respuestas, arriesgamos más, lanzando más cerca de la costa entre pequeñas bocas de zanjas o en la caída de agua de pequeños arroyitos producidos por el agua que baja de los campos, aún a riesgo de tener algún enganche.
CAPTURAS
Y la primera alegría fue para el más pequeño, Mateo realizó un lance perfecto y el pique lo sorprendió no bien tocó el agua la morena; un hermoso dorado la atacó y del cabezazo casi le arranca la caña de la mano al pequeño pescador; el primer salto del Pirayú lo dejó atónito pidiendo ayuda al padre, recibió asistencia pronto y como pudo arrimó este hermoso “cabezón” de unos 8 kilos de peso. Nada mal para ser la primera captura del día y el debut de este afortunado pescador que posó con orgullo para la foto.
Le explicamos cómo devolver su captura sin lastimar al pez, tenemos que transmitir la pesca con devolución a las jóvenes generaciones.
Continuamos gareteando cerca de la costa y lanzando cada vez más cerca de la orilla; yo preferí la técnica de pesca de bait casting empleado señuelos de media agua de color blanco y rojo.
En una pasada cerca de una desembocadura, vimos actividad de mojarras en superficie que saltaban escapando de sus depredadores; allí obtuvimos varios piques y me di el gusto de capturar mi primer dorado que dejó sus marcas de las dentelladas en mi señuelo nuevo.
Promediando la mañana, todos habíamos tenido ataques y logrado capturas.
Observamos que los dorados tomaban los cebos cuando caían al borde de las barrancas o tras una o dos vueltas de la manivela del reel. Rara vez siguieron los artificiales para atacarlos cerca de la embarcación.
Hacia el mediodía el pique había disminuido y el hambre iba en incremento, por lo que desembarcamos en una isla a comer algo y descansar un poco.
Servicios: Guía de Pesca Juan Pieruzzini,
Y la primera alegría fue para el más pequeño, Mateo realizó un lance perfecto y el pique lo sorprendió no bien tocó el agua la morena; un hermoso dorado la atacó y del cabezazo casi le arranca la caña de la mano al pequeño pescador; el primer salto del Pirayú lo dejó atónito pidiendo ayuda al padre, recibió asistencia pronto y como pudo arrimó este hermoso “cabezón” de unos 8 kilos de peso. Nada mal para ser la primera captura del día y el debut de este afortunado pescador que posó con orgullo para la foto.
Le explicamos cómo devolver su captura sin lastimar al pez, tenemos que transmitir la pesca con devolución a las jóvenes generaciones.
Continuamos gareteando cerca de la costa y lanzando cada vez más cerca de la orilla; yo preferí la técnica de pesca de bait casting empleado señuelos de media agua de color blanco y rojo.
En una pasada cerca de una desembocadura, vimos actividad de mojarras en superficie que saltaban escapando de sus depredadores; allí obtuvimos varios piques y me di el gusto de capturar mi primer dorado que dejó sus marcas de las dentelladas en mi señuelo nuevo.
Promediando la mañana, todos habíamos tenido ataques y logrado capturas.
Observamos que los dorados tomaban los cebos cuando caían al borde de las barrancas o tras una o dos vueltas de la manivela del reel. Rara vez siguieron los artificiales para atacarlos cerca de la embarcación.
Hacia el mediodía el pique había disminuido y el hambre iba en incremento, por lo que desembarcamos en una isla a comer algo y descansar un poco.
Servicios: Guía de Pesca Juan Pieruzzini,
Tel. (03437) 15-4134213
Fuente: El Día de La Plata
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