Wilmar Merino nos relata en esta
nota para Viva la Pesca de Diario Popular
una salida en busca de Tarus Cordobesas
Las aguas cristalinas y los palos sumergidos del Dique Pichanas
constituyen un verdadero desafío al pescador de taruchas, que podrá
batallar con robustos ejemplares que tienen todo a su favor para zafar.
Destino vacacional de miles de argentinos, Córdoba es una
provincia donde perfectamente podemos combinar el descanso familiar con
una buena salida de pesca. Y en la búsqueda de destinos no tan comunes,
dimos con Villa de Soto, paraíso del Norte cordobés donde podemos hacer
base disfrutando de la serranía en un poblado libre de contaminación,
para disfrutar allí cerca de una magnífica pesca de tarariras en el
dique Pichanas.
Martín Rodríguez, del complejo Barrancas del Río,
es nuestro anfitrión en este paraje del noroeste cordobés. Villa de
Soto está ubicada a unos 20 kilómetros de la ciudad de Cruz del Eje, por
la Ruta Nacional 38 que nos lleva a La Rioja.
Rodríguez
nos ofreció un abanico de posibilidades para divertirnos en su zona,
desde salidas en mountain bike a paseos a caballo o trekking, pero
nosotros optamos por un buen programa de pesca. Y allí nos tentó con las
magníficas tarariras del Dique Pichanas, a tan sólo 15 kilómetros de Soto.
El
Dique Pichanas concentra agua para regar toda la región, y en el mismo
habitan el pejerrey y la tararira, siendo perfectamente posible hacer un
programa doble con ambas especies. Las salidas de pesca se coordinan
con Martín y son exclusivas para quienes estén alojados en el complejo,
ya que la familia tranquilamente puede disfrutar de la pileta, o del
río, mientras que los fanáticos de la pesca se dirigen hacia el dique en
busca de emociones.
Así fue que coordinamos
una salida de pesca, apuntando especialmente a las tarariras en este
ambiente lleno de piedras, aguas claras y algunos árboles semisumergidos
que le dan un particular aspecto a este espejo y en donde sacar de esos
palos a taruchas bien robustas y sanas es un verdadero desafío.
Arrancamos
tentando taruchas en baitcast y spinning, testeando pequeñas "bahías"
que se forman, y que Martín conoce con lujo de detalles.
Lentamente nos
desplazamos por la costa y pudimos ver algunos ejemplares que estaban
metidos entre las piedras y los troncos. El señuelo clave "para pescar
sin enganchar" fue el Highlander naranja de Spinit, que tuvo enseguida
furiosos ataques.
También rinden las cucharitas giratorias y algunas
ranitas de goma con antienganches.
Si bien no hay mucha vegetación, sí
existen muchos palos y troncos cuyo enganche podemos evitar con anzuelos
con antienganche.
Como suele ocurrir, las tarus se mostraron lentas en
las primeras horas, errando ataques o desestimando los engaños, pero de a
poco fueron mostrando toda su voracidad.
El placer extra que da pescar
en este lugar es que no fueron pocas las veces donde pudimos ver
perfectamente el momento del ataque, ya que el artificial se observa a
varios metros de la costa, por la claridad del agua, y antes de sentir
el pique vemos como un torpedo sale de su refugio para engullirlo.
Realmente es un espectáculo que nadie se debe perder, en un ambiente
como dijimos lleno de particularidades.
Al
mediodía generalmente dejamos la pesca para disfrutar bajo una sombra de
un buen asado preparado por Martín, que nos permitió volver a pescar en
las últimas horas de la tarde mucho más animados, logrando mas
ejemplares que de mañana, y de mayor tamaño.
El
dique Pichanas nos demostró que tiene magníficas tarariras, ofreciendo
un atractivo extra a toda la maravilla que nos regala Villa de Soto y su
naturaleza.
Nuestro regreso, para premiarnos con un refrescante baño en
la piscina del complejo, no pudo ser más glorioso.
Fuente: Viva la Pesca / Diario Popular
Lea otras notas sobre Salidas de Pesca
haciendo click aquí
haciendo click aquí
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Entrá en el Blog, registrate, y dejá tu comentario, indicando tu Nombre y Apellido/Nick en el cuerpo del mensaje
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.