martes, 5 de agosto de 2014

Buenos piques en Puerto Constanza e Isla Botija

 

Wimar Merino nos presenta
en esta nota de Viva la Pesca de Diario Popular
el relato de un relevamiento en la zona del Guazú

 
El pejerrey es un pez de aguas frescas, no frías en extremo. Cualquier temperatura que se acerque a cero grado, perjudica nuestra actividad.

En esa convicción, decidimos cambiar el plan original de ir a una laguna, por buscar la pesca en un curso de aguas corrientes, sabiendo que la laguna, como agua baja y estancada que es, suele enfriar muy rápidamente con una sucesión de heladas.

En cambio, el río permite al pez escapar del frío extremo buscando corrientes más cálidas, variando profundidades, buscando refugio en remansos, etc. Por eso apelamos a nuestro amigo y guía de pesca Luis María Bruno, del Semanario del Pescador, para hacer un intento al pejerrey sobre el Guazú aguas arriba, visitando Puerto Constanza y la Isla Botija, dos zonas siempre rendidoras que nuestro anfitrión hacía rato no visitaba y cuya actualidad en los rindes no había testeado.

Junto a Roberto Gil, transitamos la Panamericana hasta el desvío a Zárate y de allí los 25 km. restantes hasta el segundo puente de Zárate Brazo Largo y el recreo Keidel, camping y guardería desde donde parte nuestro guía que allí deja su lancha.

Llegamos al amanecer y apuramos la maniobra de destapado de la Buen Estilo, lancha del guía, para que la botaran con un tractor en cuestión de minutos a las aguas de un Paraná muy crecido cuya agua estaba a punto de tocar las tablas del primer muelle del recreo.

Navegamos unos 40 minutos aguas arriba y nos largamos al garete, pescando contra una pared de juncos en Puerto Constanza, pero el viento nos tiraba encima de los juncales pese a los esfuerzos de mantener la lancha en orden con la ayuda del motor eléctrico del guía. Logramos apenas un par de piezas muy espaciadas que nos dieron la tónica de cómo sería el resto del día: pesca muy espaciada, con pejes de interesante tamaño, entre 28 y 35 cm.

Probamos entonces en la costa de enfrente, donde el monte nos hacía reparo al viento... pero allí no estaba la pesca y sólo cobramos un peje en una larga hora sin demasiada actividad.

Entonces nos movimos a la Isla Botija, siempre citada por Bruno en nuestro informe del Pique al Día, y allí, cerca del mediodía, empezamos a tener algunos piques espaciados, al tiempo que veíamos muchas lanchas moverse de un lado al otro del río buscando una pesca que no aparecía y que seguramente tenía un solo culpable: el intenso frío que hacía que los primeros centímetros del agua fueran helados.

Empezamos a lograr una cosecha un poco separado de la orilla, a unos 50 metros de la costa, y la clave pasaba por repetir la pasada por la zona rendidora y volver a remontar el río cuando salíamos de ella. Allí fuimos sumando un puñado de interesantes capturas, incluso con algún doblete en manos de Roberto.

Toda la pesca se hizo a menos de 20 cm. de profundidad, en tanto las brazoladas largas no fueron tan rendidoras. Y en cuanto a carnadas, rindieron por igual la mojarra viva, la isoca y el filet coloreado que hicimos en el momento. Sin dudas, con este veranito de San Juan que hubo esta semana, los piques serán más frecuentes.

Calidad hay.
Vaya y disfrute.


por Wilmar Merino
para Viva la Pesca


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