La Gaceta nos presenta el relato de
la aventura que encaró un grupo
de pescadores de Tucumán, en
los pesqueros de Alejandra, Santa Fe
Sobre pesca no hay nada escrito. Para tener éxito muchas veces hace falta estar atentos al menor dato, buscar información, respirar hondo y probar suerte. Eso es lo que hicieron un grupo de tucumanos que aprovechando el fin de semana largo viajaron a la localidad de Alejandra, Santa Fe para descubrir un sitio que promete mucho.
Enzo "Metegol" Lauricella, Carlos "Araña" Gerónimo, Martín "Castor" Mercado y Fernando "Chancho" Saba tuvieron su propia aventura. En un Palio 1.4, arrastrando un tracker con un motor Yamaha 40. De la capital tucumana a Fernández (Santiago del Estero) hasta Añatuya, pasando por Bandera, Tostado, Vera y finalmente, Alejandra. En total, recorrieron unos 720 kilómetros y tardaron 11 horas aproximadamente.
"Es un lugar increíble", se apura en aclarar Saba. Alejandra es una de las tantas localidades santafecinas que encierran una historia. En 1870 el gobierno provincial decide hacer una importante inversión para comprar una colonia en la que se instalarían inmigrantes. El inglés Andrés Weguelin fue su primer administrador y precursor de la Alexandra Colony hasta que fue asesinado por integrantes de un malón que se oponían a su instalación. En 1903 es creada la comuna con su nombre actual y pese a los años, esta ciudad está habitada por unas 2.500 personas, todos descendientes de europeos.
"Recorrerla es maravilloso. Llama la atención la cantidad de casas construidas en la orilla del río que es bastante navegado por barcos que llevan cereales y hasta ganado", comenta Lauricella que quedó maravillado con tantas bellezas.
Algo está cambiando en Santa Fe. Desde hace bastante tiempo, las autoridades están apostando por los sitios pesqueros para alentar la llegada de turistas. Por ese motivo, el Estado invierte una importante suma de dinero para capacitar a guías de pesca y entregar subsidios para que se desarrollen emprendimientos para brindar comodidades a todos los visitantes.
Los tucumanos arribaron el sábado al mediodía. A la tarde hicieron una mini excursión por el río San Javier -sus aguas bañan esa ciudad- hacia el norte donde lograron concretar las capturas de unos seis dorados de entre cuatro y cinco kilos.
En el primer recorrido los pescadores se llevaron una flor de sorpresa. “Estos son pueblitos pesqueros, donde la caza está bien relegada. Por eso, navegando el cauce nos cansamos de ver carpinchos y yacarés y todo tipo de aves.
El domingo cambiaron el rumbo. Después de navegar una hora por distintos lugares, tentaron a los surubíes en distintos brazos del Paraná. "Tuvimos algunos piques, pero no fueron llevadas claras y concretas por lo que no pudimos clavar uno", comenta Mercado.
Desilusionados por los resultados, decidieron probar suerte otra vez con los amarillos. En esta oportunidad fueron hacia el sur del San Javier donde también tuvieron bastante acción. "Con señuelos no pasó nada, sólo pescamos con carnada", agrega Gerónimo.
Los tucumanos cuentan que el río aún lleva demasiada agua y que por
ello no es fácil pescar. Los mejores resultados lo consiguieron atándose
a un palo o agarrados en un islote de camalotes. Bien firmes, arrojaban
la línea para que se las lleve el agua. "Si bien es cierto que los
dorados no eran muy grandes, resultó interesante clavarlos y recogerlos a
una distancia de unos 100 o 150 metros del bote", resume Lauricella.
Saba comentó que utilizaron cañas de 10 a 20 libras, con reeles rotativos o huevitos cargados con multifilamento de hasta 40 y anzuelos 8.0. Recurrieron a chicotes de unos 30 o 40 centímetros con plomos de entre 30 y 40 gramos y morena de carnada.
Los costos no son tan elevados como varios pueden llegar a pensar. Cada integrante del grupo invirtió $ 2.500 por los tres días. Esa suma incluye alojamiento ($ 100 la noche), comida (los lugares tienen cocina o asadores para preparar cualquier plato), combustible para el viaje y la lancha y guía, claro que al utilizar una embarcación propia, se ahorraron bastante dinero. En caso de no tener una embarcación, el alquiler por día es de $ 700, sin contar la nafta. Los pescadores saben que cualquier esfuerzo vale la pena.
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