Tres nuevas especies de peces que no estaban oficialmente
registradas como parte de la ictiofauna silvestre de Córdoba
han sido descubiertas en lagos y lagunas de esta provincia
por un equipo de investigadores de la UNRC
Diversos estudios de ambientes acuáticos que se realizaron en embalses, lagunas del sur de la provincia y en el lago Villa Dálcar de la ciudad de Río Cuarto dieron como resultado el hallazgo de las nuevas especies. El descubrimiento permitió ampliar la distribución geográfica de estos peces y profundizar el conocimiento sobre su biología.
Uno de los hallazgos tuvo lugar en el embalse Piedras Moras, donde los investigadores obtuvieron el primer registro de la especie conocida como bagarito (cuyo nombre científico es Parapimelodus valenciennis), también llamado bagre picudo o porteñito, muy abundante en algunas lagunas de Buenos Aires y que el año pasado fue hallado en lagunas del sur de Córdoba. Precisamente, en la laguna de Onagoity, una pequeña localidad del Departamento General Roca, ubicada a unos 200 kilómetros de la ciudad de Río Cuarto, en el extremo sur de la provincia. Los investigadores también capturaron por primera vez a un particular loricárido o vieja del agua conocida como “guitarra” (Loricariichthys anus).
En tanto, si bien había evidencia de la presencia de la carpa herbívora, pez conocido también como salmón siberiano o sogyo (Ctenopharyngodon idella), en diferentes ambientes de la provincia, los investigadores confirmaron en Río Cuarto la existencia de grandes ejemplares en los dos lagos urbanos de la ciudad, lo que permitió incorporar nuevos aportes de la biología de este ciprínido dentro de la ictiofauna de Córdoba. Este año, pescadores capturaron un ejemplar de esta especie de más de 30 kilos en el lago San Roque.
“Haciendo relevamientos de peces en los distintos ambientes, muchos estudios traen algunas sorpresas y una de ellas fue el hallazgo de especies nuevas para la provincia de Córdoba”, comentó a Argentina Investiga el profesor Miguel Mancini, docente de la Facultad de Agronomía y Veterinaria. “Muchas provincias -precisó el investigador- poseen un inventario de la fauna de peces, donde figuran las especies identificadas y el ambiente donde fueron capturadas. En este caso, encontramos estas nuevas especies que no estaban citadas en la provincia de Córdoba”.
Mancini manifestó que son dos las hipótesis que se consideran para explicar la manera en que estos peces habrían llegado hasta los lagos y lagunas de Córdoba: “Una posibilidad es por la acción del hombre, denominada antropocoria, en donde se siembran especies nuevas en un ambiente, a veces con algún fin particular. Este es el caso de la carpa herbívora que se sembró para control biológico de plantas. Otra vía de llegada de los peces es la construcción de canales de drenaje que comunican lagunas entre sí, generando corredores artificiales que posibilitan la dispersión de peces entre ambientes”.
Impacto
En algunos casos, la presencia de nuevas especies puede traer aparejada alguna consecuencia sobre el ambiente o sobre los peces. “Cuando una especie es nueva en el ecosistema, si se reproduce mucho en condiciones naturales, puede convertirse en plaga. Cuando la gente siembra una especie para lograr algún control, se corre el riesgo de que sea peor el remedio que la enfermedad. Por ejemplo la carpa común es muy prolífica, libera varios miles de huevos, mientras que la carpa herbívora no se reproduce en forma natural. Por ello, esta última especie no se convierte en plaga y, en consecuencia, el riesgo es mínimo” señaló Mancini.
“Hay especies -añadió- que pueden comer lo mismo que otras de mayor valor comercial o deportivo, como es el caso del pejerrey, y este es el ejemplo del bagarito, que se alimenta de zooplancton, por lo que establece una competencia por el alimento”. Mancini indicó que el bagarito, una especie típica de la cuenca del río Salado de Buenos Aires, puede llegar en el futuro a competir por el alimento con el pejerrey. No obstante, como algunas poblaciones de esta especie son “nuevas”, todavía hay que esperar para determinar cuál es el perjuicio que ocasionan en el ambiente. Por otra parte, el investigador advirtió sobre las consecuencias de la intervención del hombre en la ictiofauna, ya que sin un exhaustivo estudio previo de los peces que se liberan se pueden llevar enfermedades como las parasitosis a distintos ambientes.
Desde hace más de quince años, el profesor Mancini lleva a cabo relevamientos de calidad de agua y de peces, en especial de pejerrey, de embalses y lagunas de Córdoba y de otras provincias, junto con profesionales de distintas disciplinas como veterinarios, biólogos, estudiantes, guardafaunas e investigadores de otras casas de estudio (Universidades del Centro de Buenos Aires, del Sur y de La Pampa, entre otras), con quienes se establecen equipos multidisciplinarios. Se trabaja sobre explotación pesquera, ecología, biología y enfermedades.
Buenos resultados
Estos relevamientos permanentes que se realizan en lagos y lagunas de Córdoba arrojaron en general resultados “bastante buenos” sobre diferentes aspectos de calidad del agua, de disponibilidad de alimento, de especies de peces presentes y su estado sanitario, sobre todo después de un enero muy crítico en cuanto a temperatura y precipitaciones. “Tuvimos uno de los veranos más secos de los últimos cuarenta años -dijo el docente- y, en consecuencia, muchas lagunas disminuyeron su volumen de agua, aunque luego se recuperaron con las lluvias de febrero y marzo. La mayoría goza en la actualidad de buenas poblaciones en cantidad y en calidad de pejerreyes, como las asociadas al río Quinto, a los Bañados del Saladillo y otras privadas, algunas de las cuales se explotan como pesquerías”.
Villa Dálcar
El profesor Mancini dedicó un capítulo aparte al lago Villa Dálcar, situado en la zona oeste de Río Cuarto. “Se realizan cuidados del perilago pero el estado ambiental del espejo de agua -dijo- muchas veces dista del adecuado, principalmente en los meses cálidos”. Sin embargo, rescató que habitan allí más de 16 especies de peces. “Es muy valioso como hábitat de la fauna íctica, incluso hay ejemplares de gran porte. Hay carpas de más de 15 kilos y la gente trata de capturarlas para consumo”. Mancini destacó que “hace falta un manejo apropiado ya que es el lago urbano más importante de la ciudad, y uno de sus mayores inconvenientes es que no tiene ingreso de agua superficial. La tasa de renovación de este ambiente es un aspecto primario para el manejo y hace mucho tiempo que no ingresa agua en forma periódica por el arroyo El Bañado”.
Fuente: Portal Infouniversidades // Todo Agro
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