miércoles, 17 de diciembre de 2014

Los argentinos casi no consumen pescado pese a sus amplias costas

Foto de archivo

Aunque son conocidos los beneficios que
la ingesta de pescado aporta al organismo,
su consumo en el país está muy por debajo del de la carne


El pescado tiene proteínas, vitaminas, minerales, es rico en grasas insaturadas (esto es, las "buenas") y es uno de los alimentos que más ácido graso omega-3 aporta. De ahí su buena fama entre nutricionistas y amantes de la alimentación sana.

Pero, paradójicamente, con más de 5100 kilómetros de costa y gran cantidad de especies de peces en sus aguas -más los típicos de río- el consumo de pescado aún se encuentra muy bajo si se lo compara con otras comidas.

Según el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, el consumo de pescado es de 9 kilos per cápita por año, muy por debajo de los casi 120 kilos anuales de carne. Si bien ambos números son los máximos históricos en sus respectivas categorías, hay que tener en cuenta que en lo que concierne al pescado aún se encuentra en un nivel muy lejano al recomendado, altamente por debajo de países como Perú, Estados Unidos, Australia, Canadá y España, entre otros, que duplican los números locales.

Rodrigo Valenzuela Báez es doctor en Nutrición y Alimentos de la Universidad de Chile y consultado por Infobae sobre qué comemos los argentinos consideró que "en general, se trata de una alimentación poco saludable, pobre en pescados y otros alimentos de origen marino, así como también frutas y verduras, cereales integrales, legumbres, lácteos y agua. Esto se suma a un exceso de alimentos ricos en energía, azúcar, grasas saturadas y sal".

"En términos generales, el pescado no forma parte de la dieta habitual de los argentinos y esto se produce por diversas razones", analizó el especialista, quien destacó que ese alimento "no forma parte de la tradición culinaria de la población, hay baja oferta en el mercado, su precio es mayor comparado con otros alimentos cárnicos de origen animal, comparado con la carne vacuna o de pollo presenta una menor capacidad de saciar, y a eso se suma que en los últimos años, determinados grupos de la población y algunos profesionales cuestionan el consumo de pescado por la contaminación del mar, situación que es controversial".

El crecimiento en la tendencia de una nutrición saludable en las últimas décadas revelan la importancia de llevar una alimentación adecuada para, de esa manera, obtener un bienestar físico y emocional. A partir de esta situación, el hábito de los argentinos también se modificó pero algunas tendencias alimenticias aún no se cambiaron.

Ahora bien, ¿por qué esa tendencia de comer sano de los argentinos no va acompañada por el consumo de pescado? Para Valenzuela Báez, "al no formar parte de la dieta habitual, es muy difícil lograr que este alimento se incorpore en la dieta. Para alcanzar este objetivo resulta necesario realizar diferentes acciones educativas, especialmente en el ámbito culinario".


Cómo comemos los argentinos

Shutterstock
Sobre qué consecuencias tiene el tipo de alimentación que llevamos en la salud, el especialista consideró que "la dieta actual de los argentinos presenta un elevado aporte de energía (kilo-calorías), es rica en sodio (sal), grasas saturadas y colesterol. Esto se suma a un importante déficit en el consumo de antioxidantes naturales y, por sobre todo, de ácidos grasos Omega-3 (EPA+DHA)".

Tras asegurar que estos nutrientes que no se consumen resultan muy importantes para una dieta saludable, Valenzuela Báez detalló: "Por ejemplo, el DHA, es un ácido graso de cadena larga que representa el 97% de los Omega-3 presentes en el cerebro y el 93% de los Omega-3 presentes en la retina, por lo cual, resulta central para la prevención de dolencias oculares así como también para retrasar los efectos de enfermedades como Alzheimer".

Asimismo, estas características de la dieta favorecen el desarrollo de sobrepeso, obesidad, dislipidemias (triglicéridos y colesterol elevado en plasma), insulino resistencia y diabetes, enfermedad cardiovascular, determinados tipos de cáncer (por ejemplo, de colon) y un incremento en el riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas.

En este sentido, quisimos saber qué debería cambiar en la dieta de los argentinos y Valenzuela Báez no dudó: "En la dieta de los argentinos debería incrementarse el consumo de ciertos alimentos como pescado (especialmente grasos o semigrasos, como el atún, jurel y salmón, que son fuente natural de DHA), frutas y verduras, cereales integrales, legumbres, lácteos, carnes con un bajo aporte de grasa, aceite de oliva extra virgen y agua, acompañado de un incremento en la actividad física".


Algunas estadísticas que explican el fenómeno

· Teniendo en cuenta la baja ingesta de pescado en el país, también es bajo el nivel de DHA en los argentinos, aún sabiendo los grandes beneficios que este nutriente tiene para la salud.

· Sólo el consumo de carne vacuna promedia los 59 kilos por habitante al año.

· Según el último censo del 2010, el país produce alimentos en cantidad suficiente para alimentar a 442 millones de personas. Sin embargo, todavía se observan tanto personas que presentan déficit de nutrientes en su alimentación, así como también excesos.

· Según la empresa de investigación de mercado latinoamericana IBOPE, el 68% de los argentinos no consume comidas rápidas.

"EL PAÍS PRODUCE ALIMENTOS SUFICIENTES PARA ALIMENTAR A 442 MILLONES DE PERSONAS. SIN EMBARGO, TODAVÍA SE OBSERVAN MUCHOS CASOS CON DÉFICIT DE NUTRIENTES EN SU ALIMENTACIÓN"

¿Cómo revertir esta situación?

· Aumentar el consumo de pescado. Un bajo nivel de ingesta también significará un bajo nivel de DHA, nutriente que representa un 50% de los ácidos grasos poliinstaurados presentes en el cerebro. El DHA favorece al desarrollo neuronal y visual y ayuda mantener un corazón sano.

· El DHA está presente en peces de agua fría como el atún, la caballa, anchoas y salmón.

· La carne de cerdo, de vaca e incluso la de ave son una fuente de vitamina B y de hierro, fundamental para prevenir la anemia.

· La lechuga aporta minerales como el potasio y el magnesio, además de vitaminas y fibras.

· El tomate es una fuente importante de potasio, magnesio y antioxidantes.

· La cebolla fortalece el sistema inmunológico y brinda antioxidantes, además de vitaminas como la A y la C.

· Los mariscos y crustáceos aportan yodo, esencial para el buen funcionamiento metabólico (la recomendación del Mercosur es ingerir diariamente 13 µg (microgramo).


Fuente: LT10 Digital


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