Horacio Pascuariello nos cuenta,
en esta nota de Crónica Pesca,
las posibilidades y lo necesario para
la pesca de Lisas en la zona del Río Salado
La cuenca del río Salado es uno de los principales reservorios de flora y fauna que atesoramos los bonaerenses.
La pesca, en cualquiera de sus afluentes, lagunas o bañados, es un atractivo para quienes nos gusta la práctica de este deporte dentro de ámbitos naturales y, en muchos casos, de acceso gratuito.
También sus canales aliviadores son una buena posibilidad y el Nueve tuvo especial relevancia en estas últimas semanas, debido a la presencia de cardúmenes de lisas muy activas por el calor y humedad reinantes, condiciones, a decir de los que saben, ideales para su captura.
Este dato no fue pasado por alto por nuestros amigos Daniel Spanevello y Daniel Gufanti, del programa “Hombres de pesca”, quienes salieron en su busca contando con la compañía de un especialista, el experimentado Jorge López, uno de los guías con más horas de vuelo sobre el tema.
Este dato no fue pasado por alto por nuestros amigos Daniel Spanevello y Daniel Gufanti, del programa “Hombres de pesca”, quienes salieron en su busca contando con la compañía de un especialista, el experimentado Jorge López, uno de los guías con más horas de vuelo sobre el tema.
Partieron desde su parador, el Bigua, ubicado en Ruta 2 a la altura del kilómetro 71, para ingresar a los pesqueros que ofrece el Canal 9 por la zona de Dolores.
Este curso de agua de aproximadamente 20 metros de ancho y 3 de profundidad es muy extenso y las lisas las podemos encontrar en cualquier punto entre la Ruta 2 y la 11, detalle que debemos agendar debido a que muchas veces hay que hacerlo a pie y bajo un fuerte sol.
La carnada ideal es la lombriz, pero también funciona muy bien el peceto, corazón vacuno o la panza de la lisa teñidos con colorante rojo de repostería.
Los equipos son similares a los utilizados para la pesca del pejerrey, pero un poco más reforzados, las líneas tienen que ser de 3 boyas esféricas 20 mm preferentemente claras, con brazoladas cortas de entre 5 o 10 centímetros terminados en una boya mandale con plomo de unos 30 gramos.
El resto es experiencia pura y todo lo que podamos recomendarles desde acá tal vez no sirva, este pez se caracteriza por lo caprichoso y esquivo, puede jugar largo tiempo con las boyas y carnadas sin tomarlas o bien espantarse con nuestra presencia al menor movimiento, pero cuando está decidido a comer tenemos que estar preparados por que puede sorprendernos con su vigor, ya que es un potente nadador.
Por ultimo, nos queda agregar que las podemos encontrar prácticamente en toda la cuenca media baja y que los portes en general son de piezas medianas, pero están en cantidad como para ofrecernos un día interesante de pesca.
El resto es experiencia pura y todo lo que podamos recomendarles desde acá tal vez no sirva, este pez se caracteriza por lo caprichoso y esquivo, puede jugar largo tiempo con las boyas y carnadas sin tomarlas o bien espantarse con nuestra presencia al menor movimiento, pero cuando está decidido a comer tenemos que estar preparados por que puede sorprendernos con su vigor, ya que es un potente nadador.
Por ultimo, nos queda agregar que las podemos encontrar prácticamente en toda la cuenca media baja y que los portes en general son de piezas medianas, pero están en cantidad como para ofrecernos un día interesante de pesca.
Agradecemos a nuestro amigo Daniel Spanevello este informe.
Por carnadas o asesoramiento
Jorge López al 02241 687716
por Horacio Pascuariello
para Crónica Pesca
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