El Día de La Plata nos presenta este
relato de una visita al Río Grande
sobre el cierre de temporada,
con exelentes resultados
Luego de varias horas en avión llegamos a Río Grande, provincia de Tierra del Fuego.
Ya estando en nuestro lugar, con todo organizado, nos pusimos en contacto con el guía de pesca, Juan Gallo que tiene acceso a Río Grande por el lodge Estancia Aurelia.
Como me contaba él las truchas recién están a esa altura del Río Grande, por la zona del lodge Estancia Aurelia, ya que son migratorias que nacen en el río y después van al mar a alimentarse para luego volver a el río al preciso lugar a donde nacieron para desovar.
Por eso son llamadas Anadromas. Nosotros estuvimos pescando el ultimo día de la temporada, el 15 de abril que es cuando cierra la temporada de pesca en Río Grande por reglamento.
El guía Juan Gallo trabaja para una casa de pesca en Río Grande que se llama FlyShop Anglers Aventura. Pescamos en distintos pozones de Río Grande y tuvimos éxito en el pozón Martina, el Alambre y Rock Splash.
La especie atrapada y liberada fue la trucha marrón migratoria (salmo trutta).
Las moscas que rindieron bien fueron los streamers de wollys y articulated leechs. Las cañas empleadas fueron de dos manos marca Zpey de 12 y 13 pies con líneas 8 y 9 respectivamente.
Tuvimos varios piques que se perdieron y tuvimos un total de siete capturas con foto y todo.
Con respecto a la pesca, aunque no teníamos ni idea del uso de cañas de dos manos el guía se portó de diez y nos dio unas clases rapiditas de las técnicas básicas y salimos pescando.
También cuento que algunas devoluciones las filmamos con la Go Pro Hero y quedaron bárbaras.
Las más grandes las pescó Cecilia, mi señora. Ella pescó un ejemplar de cinco kilos y yo uno de tres, pero mi mujer después pescó la más grande de todas, la que pesó siete kilos y medio, una pieza espectacular por la lucha que ofreció.
El día estuvo espectacular con muy poco viento y nos desplazábamos en una camioneta 4x4.
El frió no aflojó y cuando llegamos había charcos congelados.
En cuanto a la estancia se veían las manadas de ovejas y de vez en cuando algún zorro cuando nos movíamos, así como muchos guanacos.
Pero lo mas hermoso fue ver cóndores revoloteando por el lugar muy cerca, son impresionantemente grandes e imponentes.
Relevamiento: Rubén Méndez
Fuente: La Gaceta
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