Wilmar Merino relevó la pesca de Pejes
desde los muelles de la zona de Guazú
y nos cuenta los resultados en esta nota
de Viva la Pesca de Diario Popular
Encontramos muy buen tamaño de pejerreyes desde los muelles que se
ubican en esta confluencia de ríos, sobre la margen bonaerense. La
Asociación Argentina de Pesca y Keidel, dos opciones para socios o
visitantes.
El día elegido un domingo lluvioso desde la primera hora- nos hizo optar por un recreo de la costa bonaerense al que llegamos sin dificultades por mas que había caído mucho agua: el de la Asociación Argentina de Pesca. Este club, si bien es para socios, está pegado a Keidel, un muelle de acceso público previo pago de un canon, ambos sobre el Talavera y el Guazú y como dijimos- con acceso fácil a pesar de la lluvia, aunque haya que transitar 5 km de tierra contando desde el camino que sale antes de cruzar el segundo puente de Zárate- Brazo Largo, pasando por debajo del mismo hacia la izquierda y siguiendo carteles.
Como norma general, siempre que uno pesque del lado bonaerense deberá contar con líneas de boyas rojas o negras que son las que mejor se ven pescando sobre el reflejo del agua.
En estos ámbitos se impone caminar acompañando la línea, por lo que suelen destinarse sectores para los que pescan variada de fondo y otros tramos de muelle exclusivos para los amantes del pejerrey que pescan a flote y caminando. Las normas de etiqueta de la pesca del pejerrey a flote indican que al llegar a la punta, debemos esperar unos pocos segundos y recoger para volver a iniciar la caminata desde la punta del muelle. Esa rotación obligada evitará roces con otros aficionados.
Mientras armábamos nuestros equipos (consistentes en cañas Spinit Carbon Air y Tech Sensitive y reeles Shimano Sienna y Quantum Kinetic 10 cargados con multifilamento Tech), el socio de la A.A.P. Rodolfo Montiel cobró un soberbio matungio de 48 cm que nada tuvo que envidiarle a los de nuestra reciente jornada de embarcados. En tanto, su compañero no se quedó atrás y metió otro tungo que orilló los 40. Así las cosas, apuramos los trámites y nos decidimos por líneas con anzuelos grandecitos, tipo Maruto número 3, para evitar chiquitaje y cobrar buenas piezas, sin tragar. Boyas redondas de 25 mm primero y luego de 35 mm, bastaron para mí en cambio mis compañeros se volcaron por el formato tipo cometa.
Un dato clave pasó por el uso de un puntero pesado, fabricado y comercializado por nuestro anunciante El Abuelo, que permitía lanzar el aparejo bien adentro y trabajar de modo sutil en el mismo adosándole una boyita tramposa en su panza de mandale. Con este conjunto logré mis primeros pejerreyes de la jornada, sorprendiéndome por el tamaño de las piezas, que orillaban los 35 cm.
La persistente lluvia lo complicaba todo, pero el tamaño de los pejerreyes que pescábamos y veíamos pescar en el reducido grupo de aficionados que se había animado a pescar en esas condiciones, nos mantenía el espíritu templado y los ánimos bien arriba. Los pejes picaban en una profundidad variable entre 30 y 40 cm, brazoladas algo largas para lo que se estila, y por ello se explica que entre flecha y flecha se entreveraran especies diversas de invierno y verano, como lachas, sardinas, manduvíes, bagres amarillos, patíes y pequeños chafalotes.
En un momento la pesca se cortó río adentro y decidimos pasar a un segundo muelle que está pegado a los juncales. Aquí el agua corría lenta, y si viene estaban más activos chafalotes y lachas, podíamos levantar algunos regios pejerreyes cada tanto. En suma, logramos una veintena de piezas muy lindas en una mañana y cortamos al mediodía con un buen asado, combinando buena pesca, descanso y recreación con amigos. Más no podíamos pedir. Vaya y disfrute.
Fuente: Viva la Pesca de Diario Popular
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