Están matando La Angostura, por La Gaceta

Gustavo Rodriguez nos detalla en esta nota de La Gaceta

los inconvenientes que sufre el Dique La Angostura,

que de no remediarlos provocarán la anulación

del espejo como reducto de Pesca Deportiva

 
“Estamos con mucho trabajo. Los pescadores no nos dejan respirar”, se queja uno de los tantos fileteadores de pejerreyes que hay en El Mollar. “Es increíble cómo están sacando”, agrega y después señala los baldes repletos de ejemplares de todo tamaño que tiene que limpiar. Esa es una prueba contundente de que están matando La Angostura sin que nadie haga nada, a pesar de los millones de pesos que se gastan para mantener ese tradicional sitio pesquero.

Cada vez es más común escuchar a supuestos pescadores que relatan con orgullo que durante una jornada capturaron 200 pejerreyes, sin importarles que están destruyendo la fauna ictícola del espejo y que violan las normas capturando 10 veces más de lo permitido.

El lago, a pesar de lo que muchos pueden pensar, viene sufriendo una serie de problemas. El primero, y más grave, sin lugar a dudas, fue el vaciamiento que se produjo durante los primeros meses de 2010. Los responsables de Flora y Fauna, después de un arduo trabajo, lograron salvar a la población de especies. El otro drama tiene que ver con una cuestión natural: de 10 pejerreyes que existen en el lugar, sólo uno es hembra, por lo que la reproducción no está para nada garantizada.

¿Controles? Si existen, pero no son los suficientes. Personal de Flora y Fauna viaja todos los fines de semanas a tratar de acabar con esta matanza. Pero no dan abasto, ya que los pescadores no sólo están concurriendo los sábados y domingos, sino que cada vez son más los que se aventuran a pescar de noche, que está totalmente prohibido.

Desde Flora y Fauna confirman que se está produciendo un extraño fenómeno. Por la crisis que sufren los espejos de Catamarca, Salta y Jujuy, cada vez son más los pescadores de esas provincias que visitan La Angostura para buscar el tesoro plateado que allí pueden encontrar. “El problema es que ellos quieren cubrir el gasto que hicieron llevándose todo lo que puedan”, dicen desde el organismo provincial. “Los controles a veces generan una situación insólita. Detectan a nuestra gente y arrojan los pejerreyes muertos hasta quedar con 20 para evitar una multa o que se le secuestre el equipo”, agrega fastidiado.

Y el enojo tiene su razón de ser. Antes de que se iniciara la temporada, se sembraron unos 500.000 alevines de pejerreyes que tienen un valor de $ 1,5 millones en el mercado (en los sitios de internet venden cinco a $ 15). Pero además hay que sumar el costo de atraparlos, extraerles las ovas y el semen, hacer la fecundación en el laboratorio, concretar el nacimiento, vigilar su desarrollo y liberarlos en un espejo, tarea que es asumida por personal del Estado que no destina recursos para cuidar el fruto de su trabajo. Una lástima.


por Gustavo Rodriguez
para La Gaceta


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